Martínez Majo destacó la singularidad que siempre ha presidido no solo su obra sino también la personalidad de un referente del arte del siglo XX. Esa singularidad queda en cierto modo expresada en un escrito del propio Feito que el presidente de la Diputación leyó durante la presentación de la muestra y que reza literalmente: "Yo no he trabajado en mi vida. Yo he corrido detrás de una pasión y me he dejado el pellejo entero en esa pasión. Esta pasión es la búsqueda constante de eso que tienes delante y que está siempre ahí desafiándote y es donde quieres llegar pero no llegas nunca. Es una utopía llegar a la obra perfecta, pero no interesa llegar, eso es muy absurdo, el camino es lo interesante".

Adolfo Alonso Ares contó una experiencia de juventud de Luis Feito, al que requisaron en la frontera una carpeta con unos dibujos que con los años pudo recuperar un conserje del Museo del Prado mediante una subasta y por el precio de cinco mil pesetas. "El conserje fue a casa de Feito para que se los firmara y éste puso como condición que le devolviera al menos la mitad de los dibujos, a lo que el conserje se negó. Muerto éste, sus descendientes volvieron a hablar con Feito, quien a cambio de un par de dibujos los firmó y con ellos se pudo realizar una gran exposición", señaló el comisario de la muestra de Provincia, que considera a Feito como "un referente mundial del arte abstracto" que a partir de 1962 incorpora el rojo a su obra, color que para Alonso Ares es una "reflexión", recordando que años atrás publicó conjuntamente con Luis Feitó un libro titulado ‘Del rojo al negro’ cuyo prólogo corrió a cargo de José Hierro. "Feito adoptó el rojo y el negro como colores referenciales porque se manifestaba mejor con esos colores que con otros, con los que decía todo lo que quería decir. La pintura de Feito es una pintura muy bien trazada, tiene un germen en el mundo y eso quiere decir que con tan solo dos colores se ha podido manifestar. Pero esto no es patrimonio de Feito, le pasó a Saura con el negro, le pasó a Millares con unas telas entrecortadas y le pasó a Canogar con los collages, también a Tapies y a otros artistas coetáneos suyos", declaró Alonso Ares, que cerró su intervención manifestando que sin la existencia del grupo El Paso "no habría una nueva pintura española".