Las sanciones que caen del cielo

Los satélites permiten la mejora de la agricultura de precisión, pero también sirven a la Administración para el control de las declaraciones de la PAC

D.L. Mirantes
31/05/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Evolución de una zona agrícola recogida por el Copernicus Sentinel-2. | L.N.C.
Evolución de una zona agrícola recogida por el Copernicus Sentinel-2. | L.N.C.
Uno de los mayores saltos que ha dado recientemente la agricultura es el empleo de satélites artificiales para el análisis mediantes distintas técnicas de diversos parámetros de los cultivos. Los avances tecnológicos permiten conocer a través de imágenes específicas captadas por los satélites las necesidades hídridas de una planta o la existencia de plagas, entre otros. En León, la Comunidad de Regantes de la Margen Izquierda del Porma, con la colaboración de Tragsa, es pionera en la aplicación de estas nuevas técnicas, que en algunas partes de esta zona regable ya se combinan con el riego automatizado a través de los sistemas modernizados. Sin embargo, antes de que el uso de los satélites para mejorar la eficiencia se generalice entre los agricultores, la Administración ya los utiliza para el control de las declaraciones de la PAC.

El Reglamento de Ejecución (UE) 2018/746 de la Comisión que regula modificación de las solicitudes únicas, las solicitudes de pago y los controles establece queLas nuevas tecnologías, como los sistemas de aeronaves no tripuladas, las fotografías geoetiquetadas, los receptores GNSS junto con Egnos y Galileo, los datos recopilados por los satélites Sentinel de Copernicus y otras, aportan datos pertinentes sobre las actividades realizadas en las superficies agrarias. Con el fin de reducir la carga de los controles para las autoridades competentes y los beneficiarios, en particular el número de inspecciones físicas de campo, e impulsar el uso de las nuevas tecnologías en el sistema integrado de gestión y control, conviene permitir que las pruebas pertinentes recogidas mediante la utilización de dichas tecnologías, así como cualquier otra prueba documental pertinente, se utilicen para comprobar el cumplimiento de los criterios de admisibilidad, los compromisos u otras obligaciones en relación con el régimen de ayuda o la medida de ayuda que se trate, así como el cumplimiento de los requisitos y normas aplicables en relación con la condicionalidad.

De forma resumida, dentro de los plazos fijados para atender los compromisos, el satélite realiza barridos sin previo aviso por diversas demarcaciones para recabar la información –en forma de ortofoto principalmente– que permita cotejar la declaración con el cultivo existente o las fincas en retirada, si es el caso. No obstante, el reglamento prevé que «las inspecciones físicas de campo deben seguir considerándose necesarias cuando dichas pruebas no conduzcan a resultados concluyentes».

Por otra parte, además del avance en el control, los satélites también permiten aumentar la eficiencia en la tramitación de la Administración. La consejera de Agricultura y Ganadería de Castilla y León, Milagros Marcos, aseguró recientemente que ya la Junta ya se está beneficiando de la información geolocalizada y las imágenes por satélite lo que esta permitiendo «ser más ágiles» y «ser los primeros en pagar, en el primer momento en que la Comisión Europea autoriza los pagos en el mes de octubre».

Con todo ellos, el cultivo de la tierra cada día depende más de lo que ocurre en los cielos, mucho más allá de las nubes.
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