La voz de la memoria

Sol Gómez Arteaga es una escritora recién llegada al mundo de la edición, que no al de la escritura. Hasta el momento tiene dos libros de relatos que han despertado gran interés entre el público lector

Mercedes G. Rojo
31/10/2017
 Actualizado a 18/09/2019
La escritora Sol Gómez Arteaga. | RAFAEL ROA
La escritora Sol Gómez Arteaga. | RAFAEL ROA
Qué silencio la casa
el orden de las cosas
el polvo por el que deslizo un dedo marcando más si cabe el camino del abandono…

Así abre la escritora leonesa Sol Gómez Arteaga (Valderas, 1967) uno de sus últimos poemas compartido en su blog Sol a la tinaja bajo el título de ‘Preludio’. ¿Preludio de qué? ¿del comienzo de una vida abocada a su tramo final? ¿de un olvido que va instalándose lenta pero inexorablemente sobre la memoria que se nos escurre entre los dedos a medida que las vidas de quienes la custodian se van agotando, desaparecen día a día? Esta escritora se describe a sí misma fundamentalmente como narradora, alguien que desde sus relatos (los que más escribe o al menos los que más comparte) lucha precisamente contra la pérdida de una memoria, personal y social, que acaba destruyendo a las personas cuando inexorablemente se instala en sus vidas. Ella lo sabe bien, lo tiene observado desde su desempeño como trabajadora social del servicio de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, pero también como descendiente de una áspera tierra leonesa, la de Valderas, duramente castigada por la represión franquista, dos circunstancias que aparentemente no tienen ninguna conexión entre ellas y sin embargo dos circunstancias en las que el hecho de la memoria, de su presencia o no, dejan su huella en la salud no necesariamente física de las personas.

Podríamos decir que esta escritora es relativamente una recién llegada al mundo de la edición, que no al de la escritura. Hasta el momento dos libros de relatos en su haber que han despertado gran interés entre el público lector: ‘Los cinco de Trasrey y otros relatos’ (2012) y el más reciente ‘El sol a la tinaja y otros relatos’ (2017). Entre ambos una amplia muestra de narraciones, más o menos cortas, que tienen como telón de fondo todo lo dejado por una de las etapa más difíciles en la historia de España, al menos de la reciente, relatos en los que están presentes temas con el miedo latente durante la guerra y la posguerra, con todo su arsenal de represalias posibles amenazando sobre las cabezas de la gente. Historias basadas en la realidad de quienes las sufrieron y que no deberían perderse porque forman parte, por más que nos pese, de nuestro patrimonio y de nuestra memoria y cuyo conocimiento, y la conciencia de que hubieran podido ser nuestras propias historias, podrían impedir que volvieran a cometerse los mismos errores. En este sentido, Sol Gómez Arteaga nos trae una escritura valiente, de temas candentes pero que siguen vedándose y escondiéndose a las generaciones actuales. Y lo hace sin necesidad de hurgar en la llaga, de lanzar acusaciones, de buscar culpables, porque bastante culpable es ya la conciencia de lo vivido. De forma sencilla como sencillas son las historias que recoge y las personas que las protagonizan. Leyendo sus relatos podemos encontrar en ellos el rastro de historias que tal vez también nosotros hayamos escuchado o leído, y comprender al hacerlo todo el sufrimiento que estos episodios encierran y por qué es necesario sacarlos fuera, como el pus que emponzoña una herida y que si no se limpia bien corre el peligro de cerrarla en falso y de infectarla.

Hasta aquí hablamos de sus relatos. Pero la trayectoria de Sol Gómez Arteaga es mucho más larga y comienza también a mostrársenos a través de su blog, que también llama Sol a la tinaja, donde vuelca reflexiones, relatos, microrrelatos, artículos de opinión y poesía. Es esta última una poesía viva, directa, que nos habla de sentimientos y emociones apoyándose en la certeza de las cosas pequeñas, cotidianas, y que tal vez por ello nos recuerden la fuerza de grandes escritoras a las que no les ha dado miedo enfrentarse a temas como la enfermedad, el deterioro físico o mental a todos los niveles, y que lo han hecho desde un lenguaje cotidiano, como cotidiana ha sido hasta ahora la relación de las mujeres con aspectos tales, relación establecida por la responsabilidad que la sociedad ha delegado en ellas de forma sistemática. Temas todos ellos que también la autora recoge a menudo en relatos y microrrelatos tal vez influida por el ejercicio profesional que tan cerca la sitúa de estas, las más de las veces, durísimas realidades.

Su trayectoria podemos seguirla también en algunos medios digitales, como el diario Astorga Redacción o la revista cultural Tamtampress, donde nos regala de cuando en cuando creaciones y artículos de opinión sobre temas diversos. En cualquier caso Sol Gómez Arteaga es uno de los valores literarios en alza del panorama literario leonés, a la que merece la pena seguirle el rastro.
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