La única negrilla que no murió

Vieja negrilla, de Amancio González, se ha convertido en un vecino más de la plaza de Santo Domingo y de la ciudad, siempre hay alguien haciéndose una foto en ella. Sin embargo, esta escultura había nacido para estar en Trobajo del Cerecedo

Fulgencio Fernández
31/07/2018
 Actualizado a 18/09/2019
La Negrilla de Amancio González en una imagen de archivo. | DANIEL MARTÍN
La Negrilla de Amancio González en una imagen de archivo. | DANIEL MARTÍN
Sería casi pecado hacer un recorrido por las esculturas leonesas y no detenerse en la Vieja Negrilla, de Amancio González, pues se ha convertido en una especie de símbolo de La Nueva Crónica —cuyo premio anual lleva su nombre— y es su vecino más ilustre y fotografiado. Es difícil salir del periódico, a cualquier hora, y que no haya alguien haciéndose fotos en el regazo de la negrilla o que no te pida que se la hagas.

Tiene ademáscuriosas historias detrás, tanto que la «escultura más leonesa» nació realmente para vivir en Trobajo del Cerecedo. Allí se iba a hacer un parque escultórico –cuando el también escultor Juanma Villanueva era miembro de la Junta Vecinal– y el siempre generoso Amancio les regaló la primera obra del parque, la Vieja Negrilla, entonces creada en hormigón.

Pero aquel parque escultórico se frustró. Parece que algunas promesas del consistorio leonés (Trobajo es una de sus pedanías) jamás se hicieron realidad y una noche decidieron «posarla» en la plaza de Santo Domingo como forma de protesta por el olvido... Y jamás regresó a Trobajo pues los leoneses la hicieron suya para siempre.

En los avatares de la Vieja negrilla también aparece otro viaje frustrado fuera de León. Era 2005. La negrilla seguía viviendo y deteriorándose en la céntrica plaza cuando el escultor recibió la oferta de pasar a formar parte —una vez recreada en bronce— de un parque escultórico en La Bañeza. Amancio mostró su buena predisposición, porque iba finalmente a ser de bronce, el material en el que siempre pensó, y «porque sería fiel a sus esencias pues acabaría en un parque escultórico, tal y como había sido concebida».

Pero aquella idea no fue una realidad, la realidad fue más cruel. En noviembre de 2007 un joven que dio positivo en alcoholemia, que conduce unafurgoneta Ford Transit a gran velocidad, la deja prácticamente destrozada. Y ahí fue cuando se comprobó el cariño de los leoneses hacia su negrilla... tanto que la empresa en la que Amancio González había trabajado, Renfe, patrocinó su regreso y recreación en bronce. «Es un sueño que se ha cumplido, es un placer verla ahí, donde siempre soñé y en bronce», decía el escultor a su regreso.

¿Y qué es la Vieja Negrilla? Amancio se lo explicaba así a los niños de las Anejas: «El nombre lo toma de ‘la negrilla’, un árbol gigante que hay en mi pueblo (Villahibiera de Rueda) y que en realidad es un olmo, pero aquí en León, a los olmos se les llama negrillos.Era muy viejo y tan grande que entre 4 personas apenas lo abarcaban, pero su interior estaba hueco y nosotros, los chavales, accedíamos a su interior a través de un agujero que tenía y subíamos a su copa desde dentro, solo éramos tres o cuatro pero así pasábamos muchos ratos».

Cuando la terrible enfermedad de la grafiosis recorrió Europa y acabó con la mayoría de los olmos también acabó con la vida de la vieja negrilla yAmancio sintió que su infancia se iba con ella. Y decidió perpetuar sus recuerdos en una escultura que no se podía llamar de otra manera: Vieja negrilla, esa que, explica Amancio, «parece que siempre está triste pero es mentira, fíjate bien si te subes a ella y veras como cambia su rostro».

Y es cierto, cada día lo comprueban decenas de caminantes por la plaza.
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