La ruina que no cesa

Juan Carlos Ponga publica la segunda entrega de ‘León perdido’, que se centra en esta ocasión en el patrimonio desaparecido en la provincia

L.N.C.
08/01/2020
 Actualizado a 08/01/2020
El investigador Juan Carlos Ponga, autor de la publicación. | PROMONUMENTA
El investigador Juan Carlos Ponga, autor de la publicación. | PROMONUMENTA
Desde hace algunos días se encuentra en las librerías de León el libro de Juan Carlos Ponga ‘León perdido II’ (Cultural Norte), en el que se recoge el patrimonio perdido en la provincia de León desde 1800. Desde la editorial señalan que este trabajo «pretende ser simplemente un compendio de los disparates y destrozos que se han producido en el patrimonio arquitectónico de la provincia de León desde 1800. Las causas han sido muy diversas. Primero la Guerra de Independencia, luego la Desamortización, la Guerra Civil también tuvo sus consecuencias, en los últimos tiempos la especulación y, en todo momento, la incuria y la ignorancia. Todo esto se ha llevado por delante una parte importante del patrimonio provincial imposible de recuperar. No se anotan aquí aquellos elementos que, expoliados de la provincia, se encuentran recogidos en museos nacionales».

En las notas previas del autor que acompañan a la publicación, Juan Carlos Ponga recuerda que hace unos años, con motivo de la propuesta de creación del Museo de Historia de la Ciudad de León iniciada por Luis Pastrana, «que quedó en el limbo de los justos gracias a la incompetencia de los políticos municipales, inicié la documentación de los diversos edificios que habían desaparecido de la ciudad de León, desde el año 1800 hasta el año 2000, por tomar fechas exactas, o sea más o menos desde la Guerra de la Independencia hasta nuestros días. Algunos de los lectores de aquel libro me sugirieron inmediatamente que no dejara incompleta la obra y que siguiera con los edificios desaparecidos en la provincia de León en el mismo periodo. Dudé un tiempo, dado que la amplitud del ámbito superaba bastante el trabajo anterior. A pesar de ello la idea me resultaba sugerente y poco a poco fui dando forma al libro, organizando los capítulos, buscando documentación, rebuscando entre mis propios datos … y así con todo sobre la mesa, lo he ordenado y he seleccionado las fotografías, para ofrecer un recuerdo de los edificios más importantes, desde el punto de vista arquitectónico, que han desaparecido en la provincia de León».

Prosigue el autor que siguiendo los mismos conceptos del trabajo anterior, «no hay en esta obra ninguna acusación concreta a nadie por la desaparición de una parte de nuestro patrimonio, no es este el motivo del mismo, pero tampoco se esconde el nombre de nadie, aquí aparecen, siempre que se conocen, los nombres de los responsables de conservar nuestra historia arquitectónica en pie y que por desidia, o por ignorancia, o por cualquier otra razón dejaron que desapareciera, se dilapidara o se reformara de tal manera que hoy no la podemos reconocer», señala Ponga, que al igual que en el trabajo enfocado en la capital, «en estos dos libros dedicados a la provincia se recogen primero los edificios históricos, agrupados por identidades arquitectónicas, así primero están los monasterios, luego las iglesias, detrás los castillos, después los palacios… en cada uno de los grupos, siguiendo en lo posible un orden cronológico de desaparición o de interés. En el primer libro se tratan los apartados dedicados a arqueología, pueblos desaparecidos y a la arquitectura religiosa, reservando el resto de materias para un segundo tomo».

En opinión de Juan Carlos Ponga la arquitectura tradicional adquiere en este trabajo más importancia por la relevancia que en la provincia tiene lo rural. «En este apartado analizaremos aquellas tipologías arquitectónicas que han desaparecido de nuestras comarcas y aquellas que han quedado reducidas a lo meramente testimonial. En los siguientes capítulos se analizan y reseñan la arquitectura industrial y aquella que está ligada a las comunicaciones. José A. Balboa, Javier Revilla y Roberto Fernández, me han ayudado a completar este capítulo y por ello les estoy muy agradecido».

El libro, prologado por Luis Grau, se completa con algunos anexos sobre las pérdidas sufridas en el patrimonio de la ciudad desde 2009 hasta ahora».
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