La quinoa toma la alternativa en el Páramo

Raquel miró a su alrededor, no vio más que maíz, se preguntó qué iba a ser de su futuro y del de su tierra y se puso manos a la obra para buscar un cultivo alternativo

T. Giganto
28/07/2021
 Actualizado a 28/07/2021
Raquel Rodríguez, de Bercianos del Páramo, en una de las fincas de quinoa, un producto por el que apuesta como alternativa para rotar cultivos. | SAÚL ARÉN
Raquel Rodríguez, de Bercianos del Páramo, en una de las fincas de quinoa, un producto por el que apuesta como alternativa para rotar cultivos. | SAÚL ARÉN
Raquel Rodríguez acabó sus estudios universitarios de Administración y Finanzas y volvió a su pueblo, a Bercianos del Páramo. Se enfundó el mono de trabajo, se calzó las botas y decidió con ellas seguir los pasos de su padre Cayetano en la agricultura, esa profesión que evolucionó en el Páramo al tiempo que ella crecía y a la que su familia le ha dedicado su vida. Miró a su alrededor y no vio más que maíz, se preguntó qué iba a ser de su futuro y del de su tierra y se puso manos a la obra para buscar un cultivo alternativo. Fue entonces cuando se percató de que en el Páramo se podían cultivar otros productos más allá de las tradicionales alubias o de las predominantes maíces y junto a dos socios ha creado la empresa ‘Quinoa del Páramo’, una apuesta por un producto originario de Los Andes, en Bolivia y Perú, que se ha puesto de moda como alimento saludable por sus beneficiosas características nutricionales. «La quinoa tiene posibilidades en el Páramo por las características del suelo, el acceso al agua y el tipo de clima», asegura Raquel junto a una finca de regadío, muy cerca de su pueblo, en la que tiene sembradas cinco hectáreas de quinoa de dos variedades: una de uso para la alimentación humana y otra para el ganado. A ellas se le suman otras cinco que tienen de secano. «Hay que estudiar todas las posibilidades», señala, «para dar con la que tenga mejor rendimiento».

La quinoa se adapta bien a las condiciones del suelo de la comarca del Páramo y al tipo de clima de la zonaA la afirmación de que la quinoa puede tener futuro en el Páramo llega después de tres años cultivando campos de ensayo en los que ha experimentado con distintas semillas, un periplo que ha supuesto todo un aprendizaje y el cimiento de lo que espera que sea una oportunidad más para el campo paramés. «La idea no es destituir otros cultivos. Lo que queremos con esto es demostrar que hay alternativas y que este puede ser un cultivo productivo a todos los niveles, beneficioso para conservar los nutrientes de la tierra, rentable a nivel productivo y económico, puesto que la demanda de este producto ha aumentado mucho en los últimos años, y eficiente de cara a las modificaciones de la PAC, una opción más a la hora de rotar los cultivos», explica.


La idea no es destituir a otros cultivos, sino tener una opción más a la hora de hacer la rotaciónLa quinoa es un cultivo herbáceo considerado un súper alimento altamente antioxidante que muchos ya denominan el ‘grano de oro’. Se trata de un producto con una buena digestibilidad y para los celíacos es óptimo puesto que no contiene gluten. La quinoa es una planta con flores sin pétalos en la que las semillas se arraciman en ‘panojas’, muy similares a las que tienen algunas malas hierbas como el cenizo. Se considera un pseudocereal, es decir, tiene usos similares al cereal pero no pertenece al grupo de las gramíneas y está más emparentado con otras especies como la espinaca, las acelgas y la remolacha. «La quinoa tiene un alto valor protéico y contiene todos los aminoácidos esenciales para el ser humano en las proporciones adecuadas», explica Raquel, que conoce el producto al milímetro y que resalta que desde ‘Quinoa del Páramo’ tiene una línea de trabajo en la que están estudiando los beneficios de los aminoácidos y la proteína de la quinoa para piensos animales.

La siembra de la quinoa se lleva a cabo a finales de marzo o primeros de abril y la recogida puede ir desde agosto hasta mediados de octubre. «Hay que ir jugando con las fechas según el tiempo que venga», comenta Raquel que señala a «la buena preparación del suelo» como la clave para que se desarrolle bien durante el ciclo. Este cultivo no requiere de ninguna maquinaria especial y para cosecharlo se utiliza un peine de cereal o de girasol. «Lo bueno que tiene es que el principal gasto que conlleva es el de la semilla. Hay que abonar, pero no echamos ningún sulfato dado que se trata de una semilla resistente que permite un ahorro considerable en fitosanitarios. También requiere de pocos riegos y eso, sin duda, es una ventaja añadida», explica en una de las cabeceras de una finca de quinoa que sembró en marzo y que ahora va a recibir el cuarto riego con el pivot que tiene instalado. «Estamos afinando el ciclo de cultivo pero todo apunta a que la variedad actual, que es un ciclo medio, podremos cosecharla a finales de agosto y con solo cuatro riegos», incide esta joven agricultora. Reconoce que el primer año que sembró quinoa «fue un desastre» pero que poco a poco ha ido mejorando y este año esperan recoger una media de entre 3.500 y 4.000 kilos por hectárea. La empresa ‘Quinoa del Páramo’ la forman tres socios. Raquel es quien está más apegada al trabajo en la tierra y sus compañeros se dedican más a la parte comercial. «Nuestro objetivo es potenciar el cultivo de la quinoa como una alternativa para el campo, poder llegar a ser una referencia y mejorar las producciones. Ojalá más agricultores se animen con este cultivo», dice Raquel, segura de que es «una buena oportunidad» para adelantarse a los cambios que están por venir en materia de Política Agraria Comunitaria (PAC). «Si nos adelantamos a las cambios normativos no podrá pasar como con otros trenes ‘perdidos’ en León», incide. Otras comunidades autónomas como Andalucía han apostado por este cultivo que en León es minoritario con 14 hectáreas sembradas, 25 en Castilla y León según estimaciones de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta. Este cultivo figura además entre los 36 identificados por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) como alternativa seria al cereal en la comunidad. «Es el momento de arriesgarse, de buscar alternativas y la de la quinoa vemos que es factible... ¿Cómo no lo vamos a intentar?», concluye Raquel.
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