— La hacendera es una muy bella tradición, y necesaria para el funcionamiento de La Popular, pero al final de la pandemia, cuando debía arrancar nuevamente la actividad, y se veía que la aceptación era importante, desde la Junta Vecinal se pensó en funcionar con un servicio profesional; no era práctico, por ejemplo, que para visitarla hubiera que estar buscando al vecino que le tocaba enseñarla, por citar algo». Quien lo explica es Angélica Fernández Soto, que desde el año 2020 se ha hecho cargo de esa gestión profesional como gerente de la Lechería La Popular.
La última actividad de la lechería se Sosas ha sido precisamente la conmemoración de una fecha histórica, su centenario, que en realidad es su 102 aniversario. «Tendríamos que haberlo celebrado en el año 2020 pero se nos atravesó por medio la pandemia y tuvimos que aplazarlo; lo hemos hecho ahora y habrá alguna cosa más en
2023»; explica Fernández Soto, lacianiega de varias generaciones y que se muestra encantada de poder trabajar en su tierra por el mundo de la cultura.

Al hablar de este encuentro, interesante y cargado de ideas, Angélica Fernández ya apunta uno de los problemas más importantes que viene padeciendo La Popular: «Para nosotros organizar algo como esta mesa redonda ya es muy complicado pues no tenemos más recursos propios que los de la propia Junta Vecinal, propietaria de la lechería, pero nada más; no recibimos financiación de ningún otro organismo o entidad; algunas subvenciones puntuales del Instituto Leonés de Cultura de la Diputación y se acabó; por eso no es fácil organizar muchas cosas con los 3 euros que cobramos de entrada; y es una pena porque ideas hay muchas y no nos podemos quejar del número de visitas».
- ¿Y del ayuntamiento de Villablino, al que pertenecéis?
- Iré a los hechos. El presupuesto municipal no contempla ninguna partida para la lechería La Popular, nada.
En cuanto a otro de los apartados de la citada mesa redonda, la historia, la gerente señala que «su rica historia y sus características la hacen única. Lo más sorprendente para todo el mundo que la visita es su sistema hidráulico, con rodezno de forja; hay alguno de madera pero metálico el de Sosas es el único de España y, como he dicho, no tenemos constancia de que haya en Europa pero tampoco lo podemos asegurar».
Señala que para la mayoría de los visitantes es una experiencia desconocida y novedosa descubrir todo lo que allí encuentran. «Les resulta muy instructivo conocer, por ejemplo, todo el proceso de fabricación de la famosa manteca de la vaca mantequera leonesa: cómo se recoge la leche, cómo llegaba a la fábrica, cómo se medía o se sabía el porcentaje de grasa... Es un recorrido lleno de pequeños detalles que les encantan». Y sobre las actividades que han venido realizando Angélica Fernández destaca «la excepcional acogida que tuvo la exposición que realizamos, en colaboración con el ILC, con motivo del 8 de marzo sobre ‘Paisanas lecheras de la zona’, tuvo una acogida brutal».
Y sobre el futuro se muestra optimista por el potencial del lugar, en un enclave privilegiado, y además «representa la primera revolución industrial en la comarca, anterior a la mina, y en la actualidad es el único patrimonio industrial visitable pero complicado de abarcar para una simple Junta Vecinal, la dueña desde que en 1968 los cooperativistas decidieron cedérsela al pueblo; es decir, a todos los de Sosas y, de alguna manera, del valle de Laciana».