La poesía como alternativa personal a los retos de la existencia

La poesía de Raquel Lanseros es una búsqueda continua en el hoy y en el ayer, en los sentimientos y en los pensamientos a los que éstos nos arrastran

Mercedes G. Rojo
11/02/2017
 Actualizado a 15/09/2019
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En esta sección de ‘Escritoras imprescindibles’, nos encontramos este sábado con la figura de Raquel Lanseros, excelente poeta española que pasó de ser uno de los jóvenes valores de la poesía a convertirse en uno de sus mayores activos, reconocida tanto dentro como fuera de España.

Aunque andaluza de nacimiento, está muy ligada a León, provincia en la que creció, estudió, ha escrito mucho e incluso ejercido profesionalmente como docente, una tierra de la que es buena conocedora, a la que ama profundamente y en la que tiene buenos amigos, como ha confesado a menudo, aunque se defina a sí misma como ciudadana del mundo por vocación.

Raquel Lanseros cuenta en su haber con importantes galardones literarios y muy diversas publicaciones. Su obra se abre a la realidad de todas las culturas a través de la lengua, pues Raquel es una excelente políglota que domina varios idiomas. Quizá por ello sus libros se hayan publicado en lenguas y en lugares tan diferentes del mundo. Su poesía contempla desde sus versos un crisol de culturas. Es atemporal y universal. Nos habla de pequeños momentos que esconden en su esencia los grandes temas de la vida.

«Duele el dolor, decías, pero si uno es valiente
las pequeñas espinas son pequeñas.
Tenías razón. La vida
con sus prohibido-el-paso y sus pasen-y-vean
es hermosa como una novia al alba.
Esta mañana he visto las nubes erizarse
al cruzar –encendidas- el prado de las mulas…»

… nos dicen algunos de sus versos. Y al leerlos podemos sentir como esas pequeñas espinas con las que la rosa de la vida nos castiga a veces se convierten en nada, dejan de doler ante la magnificencia de otras tantas «pequeñas» cosas con las que nuestra existencia nos regala.

Hablándonos de ella, de sus sentimientos, de sus vivencias, de más de esas diminutas cosas que hacen nuestro día a día, nos concede la profundidad de sus pensamientos, como éstos engarzados en el poema que abre uno de sus libros…

«… No está en mí la verdad, cada segundo
es un fugaz intento de atrapar lo inasible.
La verdad no está en nadie…»

La poesía de Raquel es una búsqueda continua en el hoy y en el ayer, en los sentimientos y en los pensamientos a los que éstos nos arrastran. Un hermoso proceso de creación lleno de pequeños grandes momentos que a veces nos ofrece en forma de monólogo interior en el que distintos personajes meditan y reflexionan sobre sus propios sentimientos. Un proceso en el que siempre está implícito el paso del tiempo, la memoria, como elementos gracias a los cuales se va desarrollando, se va estructurando nuestra propia identidad.

Rescato de una entrevista estas palabras suyas "…La memoria es fundamental para saber quiénes somos, para saber quiénes seremos y para saber quiénes fuimos. La historia y todo lo que ha ocurrido, y el homenaje debido a nuestros antepasados, me interesa y está presente en mi poesía …". Sumergirse en los versos de Raquel Lanseros no es solo descubrirla a ella es también buscarnos en su palabra para reconocernos a nosotros mismos, a través de la identificación de lo vivido, de la asunción de lo narrado como parte de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos. Un camino para reivindicar nuestra dignidad.

Finalizo este acercamiento a la poeta con algunas de sus afirmaciones, afirmaciones que hablan por si solas de lo que es su poesía "Un poema es un intento de comprender el mundo (…) de tratar de ofrecer una alternativa personal a los retos poliédricos de la existencia". "…Al escribir exorcizo mis propios fantasmas y me libero milagrosamente del vacío…». «… Los poemas tienen el efecto mágico de tender puentes entre el poeta y los demás seres humanos…" "…Creo en la poesía profundamente humana, en la que nos acaricia y nos salva íntimamente, sin aspavientos".

Leamos pues sus versos dejando que fluyan por ellos nuestra biografía, sensibilidad, imaginación…; nuestros propios paisajes y nuestra visión de las cosas. Establezcamos puentes entre lectura y escritura porque, como la propia poeta dice, un libro siempre es cosa de dos.
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