La literatura como elemento motivador en infancia y juventud

Paz Brasas cultiva tanto la narrativa como la poesía y el teatro dentro de su faceta creativa, que discurre paralela a su actividad docente

Mercedes G. Rojo
29/12/2020
 Actualizado a 29/12/2020
La docente y escritora Paz Brasas.
La docente y escritora Paz Brasas.
«La emoción es la puerta para acceder al aprendizaje, es el botón que hay que pulsar para abrir la mente y para que tengan ganas de aprender y abrir el paso a la curiosidad».
(Paz Brasas. Escritora)

Es innegable que el panorama literario leonés está plagado de personas que ejercen o han ejercido la docencia en sus múltiples etapas, desde las primeras letras hasta el ámbito universitario. De su relación entre ambos surgen en ocasiones propuestas literarias muy interesantes que van extendiendo sus raíces y creciendo al ritmo en que se acercan a sus lectores. Nuestra protagonista de hoy es uno de esos ejemplos. Diplomada en Magisterio y Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de León, con varias décadas de ejercicio docente a sus espadas, la leonesa Paz Brasas es otra de esas multidisciplinares escritoras que viene cultivando, paralelamente a la docencia en algunos casos, intrínsecamente ligada a ella en otros, tanto narrativa, como poesía y teatro.

A pesar de que su primera publicación en solitario no nos llegó hasta 2015, fecha en la que publicó ‘Teófilo y las bestias de la catedral’, (una historia tierna, delicada y divertida, protagonizada por un solitario niño que descubre entre los muros de la catedral y sus fantásticos inquilinos de piedra un fascinante universo, en el que también se hayan muy presentes los sentimientos, inquietudes y preocupaciones de la infancia) no para de escribir, lo que la hace poseedora de una amplia trayectoria literaria de la que nos va dejando su rastro a través de los relatos escritos durante dos años para la desaparecida guía de ocio mensual Lee.ón, de libros de relatos colectivos como ‘Pretérito Imperfecto’, ‘Cuentos por Vidas’ o, más recientemente, ‘Leyendas populares para chavales espabilados’.De Paz Brasas podemos decir que es sobre todo «maestra» (entendida ésta como una «persona a la vez universal y, al mismo tiempo, cercana al niño», capaz de «transmitir (al alumnado) la emoción por algo y de enseñarles estrategias para que lo desarrollen de forma autónoma»; de permitirles descubrirse también «creando belleza con las palabras»), y desde esa perspectiva tiene como una de sus máximas preocupaciones el fomento de la lectura, aspecto que desarrolla a través de las numerosas actividades lúdicas, culturales y didácticas para niños, en las que colabora: cuentacuentos basados en sus propias historias y poemas –también en los cuentos tradicionales de toda la vida– ; grupos de teatro con alumnado, a través de los cuales trabaja tanto con obras escritas por ella misma como con adaptaciones de los clásicos de la literatura universal… No cree en las etiquetas dentro de la literatura y se considera una lectora más de obras que de autores, aunque también tiene entre éstos sus referentes (sobre todo en lo que a Poesía se refiere, cuyos libros ocupan la estantería que siempre tiene más cerca porque la lee a diario) un buen número de ellos leoneses, también en el mundo de la narrativa. Reconoce «utiliza(r) la literatura como elemento motivador en sus clases, partiendo casi siempre de los autores considerados clásicos, pero también intentando mantener vivas las producciones tradicionales, orales y escritas, de la zona geográfica en la que se encontraba el colegio» en el que cada momento ha ejercido, tratando de aprovechar la sabiduría popular que tanto tiene que aportarnos, «las palabras propias de cada zona», en un intento de «preservación de las lenguas», que han de servir como medio de entendimiento, «para unir, nunca para separar»; lo mismo que une la música, el teatro, el cine, artes a las que es tan aficionada como a la propia literatura. Personalmente, en su faceta de escritora se considera más viva que nunca cuando escribe y dice «me gustaría pensar que quien lea mis obras puede conseguirlo también». Ha fraguado su estilo literario a base de leer y escribir mucho, lejos de las redes sociales que sólo utiliza «para informarme o informar», y se reconoce una entusiasta de la literatura infantil considerando ésta no bajo una etiqueta que la encorseta sino, al decir del escritor C.S. Lewis, como «aquella que también les gusta a los niños», una afición que comenzó en su infancia a través de los numerosos cuentos de Andersen y de los hermanos Grimm que su madre le contaba o leía, y que fueron el germen de sus comienzos creativos en torno a pequeñas narraciones y poemas, una semilla que fue fructificando a través de la influencia que en ella ejercieron sus profesores de Literatura en el instituto «quienes orientaron mis preferencias lectoras hacia las obras que marcarían una estética de vida, a la vez que dieron con el resorte que yo necesitaba para decidirme a escribir, a sumergirme en el universo literario».

Sabemos, porque así lo ha contado ella en más de una entrevista, que ahora mismo Paz Brasas trabaja en varios proyectos literarios propios, tanto en torno al relato -con hilos conductores muy diferente para cada uno de ellos- como en una novela, orientada en cierta forma a un público juvenil. Seguramente las actuales circunstancias estén retrasando su aparición, así que aprovechando las fechas en las que estamos podemos incluir el deseo de que el próximo año nos traiga novedades de esta escritora que busca cada día «algo con lo que ilusionarme y poder ilusionar a los demás», a la que le gustan especialmente quienes se «dan una oportunidad (de acercarse) a aquello que supone un contraste ideológico y cultural respecto a lo que vemos habitualmente». Como ella, liberemos a la literatura de las falsas etiquetas y disfrutemos dejándonos llevar.
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