La escritura creativa como necesidad de vida

Marta del Riego es una periodista y escritora cuyas novelas están llenas de mujeres que tratan de entenderse, de sobrevivir, de encontrar su lugar en el mundo

Mercedes G. Rojo
15/12/2020
 Actualizado a 15/12/2020
La escritora bañezana Marta del Riego Anta y portadas de dos de sus novelas.
La escritora bañezana Marta del Riego Anta y portadas de dos de sus novelas.
«Lo que más detesto es la cursilería. Y los lugares comunes, los estereotipos».  (Marta del Riego Anta. Escritora).

Hablar de literatura en La Bañeza, esa villa situada en plena Vía de la Plata con reminiscencias al mismo imperio romano, suena fundamentalmente a poesía, no sólo por ser la cuna del premio nacional Antonio Colinas, también por serlo de otros hombres y mujeres que hoy enarbolan con pasión la palabra poética, aunque hoy haya decidido centrarme en una mujer que domina fundamentalmente la novela, paralelamente al campo periodístico del que ha hecho profesión. Hablo de Marta del Riego Anta (La Bañeza), polifacética escritora y periodista a la que merece la pena acercarse.

Con los ecos aún recientes de su recién estrenada novela ‘Pájaro del noroeste’, de la que se han hecho eco diferentes medios, intentaré centrarme en la persona, de manera más global, aunque sí haga alusión a uno de los temas que cuela en ella, las maternidades difíciles y las consecuencias en sus protagonistas, un tema abordado por tantos autores y con tantas visiones diferentes a lo largo de la Historia de la Literatura entre los que ahora mismo me vienen a la mente algunos tan dispares como Concha Espina o Federico Gª Lorca.Con cuatro novelas a sus espaldas, y otros libros de ensayo, divulgación o viajes, esta bañezana estudió periodismo en la Complutense de Madrid, completando su carrera con el Máster de Periodismo de El País. La vida la llevaría durante varios años a vivir en Londres y Berlín, donde ejerció de corresponsal y periodista freelance, tanto para diversos medios españoles como extranjeros, muchos de ellos de reconocido prestigio internacional como, por nombrar sólo algunos, Canal Plus, El País, Viajes de National Geographic o Marie Claire, por no olvidar que durante una década fue la redactora de la prestigiosa revista Vanity Fair en España. Centrada actualmente en el mundo de la comunicación cultural, mientras escribe para publicaciones como Telva o la web literaria Zenda e imparte talleres de periodismo en el Máster de Periodismo Cultural del CEU de Madrid, no se olvida de los medios locales y así podemos encontrarla formando parte del consejo editorial de El Adelanto Bañezano, donde tiene una sección bajo el epígrafe de ‘Hasta Aquí Puedo Contar’, o con su quincenal columna de opinión para los viernes de este mismo medio. Sus novelas están llenas de historias de mujeres que tratan de entenderse, de sobrevivir, de encontrar su lugar en el mundo, a través de un nudo de relaciones al que no siempre es fácil enfrentarse, también de mujeres fuertes que se abren paso en un mundo aún de hombres. Al mismo tiempo son un viaje permanente en una búsqueda por encontrar el sitio al que se pertenece, un viaje que si en su tercera novela ‘Mi nombre es Sena’ se centra fundamentalmente en la ciudad de Berlín, en la recién publicada ‘Pájaro del noroeste’, nos devuelve al mundo rural buscando la conexión con la naturaleza, con lo ancestral, con las raíces (las de la propia autora que trae a sus personajes de retorno a tierras leonesas). Y es que independientemente del escenario escogido para desarrollar sus historias Marta del Riego reconoce que este tema es «una constante que está en todas mis novelas, hasta convertirse casi en una obsesión, … el regreso a la tierra, el regreso a las raíces, que parece una vida como más auténtica, aunque en realidad nada idílica, pero sí más auténtica que la vida que tienes en una gran ciudad trabajando para una empresa que te explota y que no se interesa por tu trabajo». Y lo hace alejándose de la posible mirada bucólica de los neo-rurales, destapando lo bueno pero también lo difícil, lo complejo, positivo en cuanto que responde a una decisión tomada, con todas sus ventajas e inconvenientes.

Hablando de sí misma y su relación con la literatura, ha reconocido en diversas ocasiones escribir para que todo a su alrededor tenga sentido, concibiendo la escritura creativa como algo tan esencial en su existencia como comer, dormir o respirar, como una válvula de escape y una forma de viajar a la que busca enfrentarse diariamente. «El día que no escribo, aunque solo sea media hora, siento que me falta algo», ha contado en alguna entrevista, para confesar que le gusta escribir de un modo «deconstruido», con dos líneas en sus novelas: la trama y el estilo; el fondo y la forma; donde lo importante no sólo es lo que se cuenta sino cómo se cuenta «porque en la literatura, en el arte en general, el estilo es esencial». «No me conformo con contar una historia: la cuento y, además, mi intención es contarla de forma bella (…) Por eso escribo la trama y después la desmenuzo, la deshago con juegos del lenguaje, con cambios de punto de vista...». Se considera entusiasta de las escenas potentes, escritas con una prosa limpia y directa, sin rebuscamientos; y de los personajes complejos, con múltiples aspectos, que se van construyendo y transformando permanentemente de principio a fin de la novela. Por ello no es raro que hayan alabado de ella una «firme vocación por la palabra, acompañada de una técnica literaria, una agilidad y una precisión expresivas que no siempre se dan en quien se prodiga con la escritura». En cualquier caso, ahora que estamos en época de regalos, la de Marta podría ser una buena opción a descubrir entre nuestra literatura.
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