La escritora leonesa procedente de Cuba... y del mundo

Rosa Marina González-Quevedo se siente como una autora leonesa porque en León ha recuperado el ambiente de acción literaria

Mercedes G. Rojo
29/03/2022
 Actualizado a 29/03/2022
Rosa Marina González-Quevedo en la presentación de ‘La enana’. |  PACO FERGAR MELLA
Rosa Marina González-Quevedo en la presentación de ‘La enana’. | PACO FERGAR MELLA
Se llama Rosa Marina González-Quevedo, y aunque de origen cubano (Matanzas, 1962), ahora mismo podemos considerarla como uno de los activos literarios de nuestra provincia leonesa a la que llegó por lazos sentimentales hace apenas diez años, años intensos que le han permitido gestar aquí la mayor parte de su obra literaria publicada, aparte de integrarse dentro de los diferentes círculos que hoy en día forman parte del activo cultural que –desde distintos ámbitos– anima la ciudad. Ella misma se siente como una autora leonesa «porque en León he recuperado el ambiente de acción literaria que perdiera al salir de Cuba en 1997». Esa es nuestra protagonista de esta nueva entrega, una polifacética escritora que transita entre el ensayo, la narrativa y la poética, aunque sean principalmente estas dos últimas facetas por las que más se la conoce aquí y ahora.

Coincidí con Rosa Marina al poco tiempo de su llegada a la ciudad –en la que reconoce se ha sentido inmensa y afortunadamente aceptada y arropada–, por casualidad, como suelen ocurrirestas cosas, y poco a poco fueron surgiendo proyectos en común, que han sido también proyectos de crecimiento, igual que acostumbran a serlo todos aquellos que se emprenden con ilusión, esfuerzo y, sobre todo, profesionalidad. Buscando sus orígenes literarios, nos confiesa que sus primeras incursiones literarias fueron con apenas siete años, decantándose por los relatos y por los poemas para rellenar el cuadernillo que sus padres le habían regalado con intención de que le sirviera de diario: «En vez de hacer anotaciones personales, empecé a redactar aquello que más tarde se convertiría en mi primer libro de cuentos y (…) hoy me resulta sorprendente que, en aquel entonces (…) pudiera (…) también identificar la estructura de un libro. (…) fue mi primera gran experiencia como escritora, la más ingenua y la más pura; quizás, el vaticinio que anunciaba que la escritura sería el camino que me acompañaría a lo largo de mi vida».

Después, coincidiendo con su formación universitaria y la etapa posterior a esta, vendría su entrega al mundo del ensayo, con trabajos realizados tanto en su tierra cubana como en su posterior fase italiana, donde permaneció por quince años durante los cuales no solo completó su formación en otras áreas sino que trabajó también para el Instituto Cervantes. Muchos de esos trabajos, ensayos filosóficos en gran medida,verían la luz en revistas de carácter internacional, tanto desde Cuba como desde Italia. Y con su llegada a España, en concreto a la ciudad de León, el retorno a los orígenes, a la creación literaria que se ha traducido hasta el momento en una larga estela de relatos que nos ha ido dejando en diferentes libros corales y un proyecto tripartito ‘De lunas, mujeres y otras historias’, en el que tengo la suerte de participar junto a ella y otra compañera; una amplia producción poética, gran parte de ella aún inédita, salvo los incluidos en ‘El ritmo del conjuro’, y la publicación de un par de novelas, ‘La enana’ y ‘Amanda’, la segunda de ellas actualmente en plena promoción, obras en las que nos regala su propia cultura, pero también el cosmopolitismo que le ha aportado su estancia en distintos países y ciudades.

Lo hago solo cuando cuento con el tiempo suficiente (tres horas como mínimo) y con la soledad indispensable para concentrarme A mi modo de ver, estas tres publicaciones podríamos considerarlas como una obra de madurez, pues Rosa Marina es de las que cree en la literatura sin prisa, reposada, madurada lentamente, bajo la premisa del trabajo bien hecho y de una combinación precisa entre creación e investigación, entre el impulso que da esa primera idea que se nos viene a la mente, y el proceso de darle vueltas, de mimar el texto, de contrastarlo, de reposarlo, antes de dejar que vea definitivamente la luz. Escritora que reconoce navegar entre la brújula y el mapa, según el tipo de trabajo al que se enfrente, nos cuenta que no escribe todos los días, porque «lo hago solo cuando cuento con el tiempo suficiente (tres horas como mínimo) y con la soledad indispensable para concentrarme», prefiriendo para ello las noches, a menudo acompañada de rituales que le ayudan a enfrentarse al folio en blancocomo «escuchar alguna canción que me inspira y que –sin saber por qué– comienza a formar parte de la vida y acción de alguno de mis personajes».

Por otro lado, entre estas dos aguas en las que navega, la narrativa por un lado, que domina excepcionalmente (con un toque que aún nos trae reminiscencia de su cultura matriarcal, la cubana) y la poética (influencia de su rico mundo cultural y quizá también un poco de sus raíces) por el otro, nos traza un recorrido en el que queda patente la huella del rico y amplio mundo literario con el que desde pequeña tuvo contacto, sus lecturas, los caminos trazados por sus estudios, pero también toda esa tradición oral representada por leyendas, tradiciones, ritos, músicas…, heredadas de su tierra natal, marcada por una interculturalidad que a menudo se hace también patente en su obra (tanto la poética como la narrativa) hasta tal punto que en ella conviven de una forma bastante extendida aspectos tales como el romanticismo, la mezcla de hechos históricos y conocimientos chamánicos, razonamientos filosóficos…, en un realidad que entrelaza situaciones geográficas diferentes, con abundantes saltos temporales, que tratan de aportarnos puntos de vista diferentes ante una realidad que «nunca es única», y donde lo tangible (real) y lo intangible (¿imaginado?) siempre van de la mano. Eso sí, con una prosa cercana y atrayente que te atrapa en el hilo de la historia para no dejar que te sueltes de la misma.

Y ya para terminar decir que, Rosa Marina González-Quevedo, dentro de esa intensa producción literaria en la que ahora mismo se encuentra inmersa, tiene tiempo también para encargarse de la edición de una de las secciones del blog literario Masticadores.com, en concreto el dedicado a los relatos de Misterio, un género narrativo en el que ella se desenvuelve a las mil maravillas. Yo les invito a que no dejen de acercarse a sus novelas cuya lectura, sin duda, les provocará hondas y satisfactoria sensaciones.
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