José el de Pola, discreto, fiel y socialista

Fallece José López Robles, ex alcalde de La Pola de Gordón, vicepresidente de la Diputación con Alberto Pérez Ruiz y socialista de siempre

Fulgencio Fernández
10/01/2021
 Actualizado a 10/01/2021
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Hay palabras que le quedan grandes a mucha gente y parecen hechas a la medida para otros. Una podría ser socialista y uno de los que tenía el cuerpo a la medida para llevarla era José LópezRobles, Jose el de Pola para casi todos pues fue alcalde de su pueblo y el mejor ejemplo del discreto socialista, que además unía una cualidad cada día menos practicada: la fidelidad, a los suyos, a su partido, a sus compañeros. Fue vicepresidentede la Diputación con Alberto Pérez Ruiz en una etapa muy convulsa del partido y ‘Albertón’ definió a Jose a la perfección: “Cuando no sabía de dónde venían los tiros, que no sabía si era fuego amigo o enemigo, miraba para Jose, que antes muerto que traidor”.

Lo estarán comentando los dos, que se han ido.

Haber sido alcalde de su pueblo y vicepresidente de la Diputación son dos hitos que marcaron su vida y su orgullo. “No le puedo pedir más a la política, tampoco me considero preparado para más”, le confesaba a su amigo Emilio ‘El Gallego’ en una larga tertulia después de comer, cuando el ex vicepresidente recorría la provincia como viajante; pues Jose el de Pola de la política no se llevó nada material, volvió a ganarse la vida “como cualquier socialista”; y con un placer que no ocultaba: la tertulia. Recordar, dialogar y lamentar muchas veces la deriva de los suyos, por lo que se sumó a un grupo ‘de debate’ de veteranos socialistas (lamento ahora no recordar el nombre) que emitían sesudos comunicados que eran conscientes de que acababan demasiadas veces en la papelera.

José López Robles nació en una familia humilde de Gordón, golpeada de manera cruel en la guerra civil (más bien en la posguerra) en unos episodios que aquel niño jamás olvidó, por lo de la fidelidad a los suyos pero sí colaboró con quienes luchaban contra el silencio; pero tampoco hizo jamás bandera de su historia contra nadie, la discreción. Para él y todos los suyos que aquel compromiso con su tierra le llevara a la alcaldía de Pola de Gordón parecía lo más que le podían pedir al destino, con lo que la vicepresidencia de la Diputación fue un añadido feliz que supo llevar con la eficacia de los trabajadores, la discreción de los humildes y la fidelidad de las convicciones.

Una enfermedad, el bicho una vez más, vino a amargarle bastantes años de su bien ganado descanso. Supo verle la cara positiva a la batalla y en los descansos que le daba era habitual encontrar a Jose en cualquier banco de la ciudad leyendo algún libro; novelas, relatos, biografías y ensayos. “¡Qué pena aquellos tiempos en los que la cultura solo estaba al alcance de unos pocos!”, lamentaba con frecuencia mientras te hablaba de sus descubrimientos lectores, de quién se lo había recomendado… “La poesía me gusta, pero no llego a muchas de sus claves”. Y remataba: “Hay que potenciar mucho las bibliotecas, los bibliobuses… la de Pola se llama Antonio Gamoneda”.

Un socialista. Un tipo discreto, que se fue como vivió. En medio de una nevada que le recordaría los fríos de su infancia y en el silencio de aquellos que jamás buscaron el ruido sólo por hacerlo. Alberto vuelve a tener un escudero fiel.
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