Hayedo de Busmayor

Un lugar mágico donde belleza y poesía se dan la mano entre la paz y la serenidad del entorno…siempre y cuando no haya decenas de personas deambulando

Vicente García
21/04/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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Los hayedos tienen una magia especial por la tranquilidad que en ellos se respira, por su colorido otoñal y sus sombras en verano, en los tórridos veranos cuando se combate el calor a la sombra de las arboledas y se conjuga todo con una buena dosis de poesía.

Porque el hayedo de Busmayor ha sido desde hace años refugio de poetas que a su sombra recitaban inspirados versos.

La ruta del hayedo no es una ruta larga, aunque puede alargarse ascendiendo al pico Faro, cumbre que domina toda la zona y sirve de límite a las comunidades de Castilla-León y Galicia, concretamente en las zonas del Bierzo y el Courel. La ruta se encuentra demasiado señalizada, y eso no es positivo porque provoca numerosas complicaciones a quienes se plantean realizarla, ya que existen marcas en las piedras, maderas con indicaciones de PR, maderas con señalizaciones variadas, marcas de colores en los árboles… Eso ha provocado que en ocasiones senderistas que seguían la ruta hayan estado dando vueltas sin sentido varias horas por el bosque. Es preciso unificar los senderos y la señalización y evitar confusiones. Aún así habrá quien prefiera perderse disfrutando del hayedo, pero esa es otra historia.

Desarrollo de la ruta

Se sale de Busmayor, ascendiendo a lo largo del pueblo hasta llegar a la parte cimera donde finaliza el camino de cemento para continuar con una pista que pronto se convierte en senda al tomar el desvío que desciende hasta el arroyode la Valiña Grande y lleva a unas cascadas que se encuentran después de cruzarlo, con la posibilidad de desviarse hacia una minicentral sin apenas interés.

A continuación, tras contemplar las cascadas se sigue subiendo para ver nuevas cascadas cayendo arroyo abajo, en especial con nombre propio, aunque no sea la más espectacular, la cascada del Beiro, hasta que al final se llega a una zona más llana en la que continúa el sendero hasta llegar a un desvío hacia lo que llaman la cueva de la raposa, que es una oquedad pequeña donde en caso de mal tiempo o necesidad alguien podría guarecerse. Volviendo al camino se andaa lo largo de un tramo para llegar a una amplia plataforma, en ligera cuesta con un muro en la parte más baja y una piedra en la más alta con la inscripción de 'piedra de los poetas', lugar donde anualmente se hacen los recitales poéticos que han dado renombre mundial al hayedo y por extensión al pueblo de Busmayor. El lugar es como un anfiteatro natural con buena acústica y que anima al recogimiento y la intimidad.

Más tarde se continúa por la senda marcada que en algunos tramos es preciso adivinarla y tras una fuerte subida se sale a un camino que es necesario cruzar en dirección a una nueva cascada a la que se accede por una senda mal señalizada y que si uno se pierde puede tener complicaciones para superar los desniveles del terreno, ya que el camino queda más a la derecha de las cascadas.

Una vez vistas las cascadas, superado el tramo ascendente y tomado el buen sendero se sigue a través del bosque hasta un camino más amplio que cruza la senda subiendo hacia los altos de la sierra o descendiendo de nuevo al cruce de la ruta. Además de las hayas, que son mayoría en el bosque, se encuentran muchos ejemplares de acebos, y más debajo de paleras, abedules y robles en la zona que mira hacia el sur. Si no se desea subir a las cumbres para ver la panorámica, se desciende por el camino hacia un gran depósito de agua y desde allí se baja hacia la pista de regreso a la localidad de Busmayor. Es una ruta sencilla, pero la confusa señalización y los numerosos senderos del hayedo pueden alargarla o acortarla de un modo indeterminado.
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