"Hay quien busca desmontar el trabajo hecho por el feminismo"

Encina Gutiérrez Ibán analiza el trabajo de la Asociación Simone de Beauvoir

R.L.
07/02/2021
 Actualizado a 07/02/2021
Encina Gutiérrez Ibán y parte del equipo de la Asociación Simone de Beauvoir. | DANIEL MARTÍN
Encina Gutiérrez Ibán y parte del equipo de la Asociación Simone de Beauvoir. | DANIEL MARTÍN
Cuando Simone de Beauvoir reflexionó sobre la situación de la mujer en su libro 'El segundo sexo', todo un éxito desde su primera edición en 1949, la filosofa existencialista había sentado las sólidas bases del feminismo. Su nombre se ha convertido en el paradigma de un movimiento que desde entonces trabaja sin descanso para transformar las leyes que sustentan la política de igualdad.

Encina Gutiérrez Ibán lleva muchos años como presidenta de la Asociación Simone de Beauvoir en León, que nació en el seno de la Asociación Feminista 'Flora Tristán' de León en el año 1986, cuando el maltrato a la mujer era un asunto privado, no había leyes y además no podían dejar el hogar familiar porque no tenían a donde ir. Los cambios en materia de políticas de igualdad y contra la violencia machista convertidos en leyes no han sido un camino de rosas, han ido paso a paso y siempre ha habido grupos tentados a desandar lo andado. De hecho la pandemia, subraya Encina, ha agudizado la situación y ha vuelto a poner en la mesa de debate que la violencia, a pesar de todas las leyes y medidas establecidas, sigue siendo un problema y está muy presente en la sociedad.

–Los primeros pasos debieron ser muy duros porque no había amparo ni tipificación legal sobre una violencia que se consideraba un asunto privado...
–La Asociación Simone de Beauvoir se crea con el objetivo de poner en marcha un recurso de acogida para mujeres maltratadas y sus hijos e hijas, pues la Asociación Flora Tristán, a través de su asesoría jurídica gratuita, había ido detectando a lo largo del tiempo que había mujeres que estaban dispuestas a abandonar a sus agresores si pudieran disponer de un espacio donde alojarse y de ciertos apoyos para rehacer sus vidas. Tenemos que tener en cuenta que por entonces, cuando la mujer denunciaba no tenía ninguna protección, tenía que volver a casa con su agresor. Y por eso el 2 de junio de 1987, justo un año antes de la primera Ley de Servicios Sociales de Castilla y León, se puso en marcha la primera casa refugio para mujeres maltratadas donde recibían también apoyo psicológico, legal y social. Fue un referente de la comunidad, pues en aquel momento no existía ningún centro de estas características.

–¿Y cómo reaccionaron las administraciones para dotar de recursos?
–Las Administraciones, Estado, Junta, Diputación y ayuntamientos, comenzaron a involucrarse poco a poco en la solución. El siguiente paso de la asociación estaba orientado a mujeres que demandan apoyo legal, psicológico y social pero no necesitan una casa de acogida y, por eso, en 2001 se creó el Centro de Día por el que pasan al año cientos de mujeres. También trabajamos con talleres que les permitan crear un proyecto de vida, con apoyo laboral, social, formativo y emocional. Y había que dar un paso más orientado a mujeres supervivientes de la violencia machista con menor red de apoyo y que quieren emprender otra vida y conciliar esta opción con sus hijos e hijas. Por ello, en 2006, se puso en marcha un centro de día para menores, donde las madres pueden dejar a sus hijas e hijos por la tarde y donde reciben apoyo escolar, actividades lúdicas o se les ayuda a que comiencen a cuidar el entorno que les rodea.

–Parece evidente que el papel de los voluntarios, ante tantas áreas de trabajo, es fundamental ¿Qué papel tiene la Plataforma del Voluntariado?
–El voluntariado en la Asociación acompaña el trabajo de las personas contratadas, realizan diferentes acciones y desempeñan una labor fundamental. Con respecto a la Plataforma de Entidades de voluntariado de León, formamos parte desde 2013, es una buena ventana para entrar en contacto con asociaciones de todo tipo y se produce un intercambio de intereses, de diferentes realidades y de experiencias, nos facilita formación, nos apoya en la gestión del voluntariado, visibiliza la importancia del mismo y crea redes. Desde 2018, nos encargamos de la Secretaría de la Plataforma. Para la Asociación claro que es fundamental el trabajo de todo el equipo: personal contratado, personas voluntarias, el alumnado en prácticas, colaboraciones puntuales. Todas suman y aportan. También formamos parte de otras plataformas como la Plataforma contra la Violencia Machista concentrándonos cada lunes que asesinan a una mujer

–¿Con la sede y la presidencia, la red podría aumentar de forma notable?
–Sin duda nos va a permitir entrar en contacto con otras asociaciones y entidades que están en otras provincias, para sumar fuerzas, para trabajar en una misma dirección por medio de la formación y el intercambio de experiencias. Se trata de agrandar esta red de colaboración para que la sociedad siga teniendo conciencia de la necesidad de apoyo mutuo para que no volvamos a retroceder.

–¿Es cierto que la pandemia ha puesto sobre un retroceso? ¿Se echa de menos una mayor presencia de jóvenes?
–Es un momento peligroso porque hay grupos y algún partido que quieren acabar con el trabajo del feminismo que ha permitido que la lucha contra este problema social se traduzca en leyes. Necesitamos que la sociedad no se olvide de lo que sucede, que luche y se posicione de forma clara, sin titubeos. Y también que las personas jóvenes tengan muy presente que los avances en materia de derechos y de protección a las mujeres maltratadas, existen porque muchas mujeres de generaciones anteriores han luchado por ellos. Los derechos no son concesiones, son conquistas, pero no son inmutables y en cualquier momento puede producirse cambios que requerirán de acciones contundentes por parte de la ciudadanía, como ya lo hemos vivido no hace mucho tiempo.

–¿Qué papel juega internet y las redes sociales en esta situación?
–La juventud tiene un fácil acceso a la pornografía, insultar es muy fácil y los intolerantes aprovechan cualquier oportunidad para desprestigiar. Incluso el mundo audiovisual, en general, mantiene los papeles del hombre y la mujer en territorios propios de otras décadas y desterrar todo esto es muy difícil pues estamos ante la cara más dura del patriarcado. La falsedad es muy evidente en nuestro campo de trabajo. Hay quienes quieren transmitir que la violencia de género no existe, se arremete contra el feminismo y, repito, resulta muy difícil combatir esta corriente ¿Cómo lo hacemos? Con formación, debate, activismo social, lucha pacífica en la calle... Tenemos que seguir peleando porque detrás de las mentiras, los insultos y los despropósitos se esconden la intolerancia y los intolerantes que han llenado las páginas de la historia de horror, muerte, violencia y brutalidad.
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