Pablo Urdangarín se ha convertido, con su simpatía, su educación y su naturalidad, en uno de los miembros más populares y queridos de la familia del Rey Felipe VI. Centrado en su carrera deportiva y luchando día a día para triunfar en el balonmano siguiendo los pasos de su padre, Iñaki Urdangarín, el hijo de la infanta Cristina ha concedido una entrevista al canal de Youtube 'Inside Asobal' y, además de confesar que es "un honor" que le comparen con su progenitor "porque significa que algo estoy haciendo bien", se ha sincerado sobre cómo sobrelleva la presión mediática.
"Sí que he tenido, pero cuando estoy en el campo eso se queda fuera. Y en el vestuario, me tratan como a uno más, me hacen bromas, me pican... que es lo que me gusta. Todo el mundo sabe que soy un tío normal, que caigo bien, o eso espero, ja, ja, ja.
Si salgo de fiesta con mis amigos y está la prensa, ¡qué le voy a hacer! Igual que cuando juego un partido, me he acostumbrado y eso lo bloqueo, me olvido de ello y ya está" ha reconocido. Y lo ha vuelto a demostrar este domingo, en el encuentro que el Fraikin BM Granollers ha disputado frente al Abanca Ademar León, derrochando naturalidad, cercanía y ¡pasión! con Johanna Zott cuando pensaba que nadie les veía.
Con la ausencia en esta ocasión de ningún miembro de su familia en las gradas, su chica se ha convertido una vez más en su mayor fan.
Acompañada por su madre, la novia de Pablo ha vibrado con cada jugada, ha celebrado cada gol, no ha perdido detalle del encuentro y, ya una experta en balonmano, no ha dudado en censurar al sobrino de Felipe VI en un momento en el que éste se acercó a su sitio para intercambiar expresiones con ella después de chocarle las cinco entre risas cuando su equipo metía un tanto.
También ha habido tiempo para la tensión, ya que en un lance del partido el nieto del Rey Juan Carlos sufría una caída, quedándose varios segundos tirado en el suelo señalándose con gesto de dolor la espalda y los brazos. Afortunadamente se quedaba en un susto y, poco después -y para alivio de Johanna, muy nerviosa- se levantaba con ayuda de sus compañeros y continuaba en el campo.
Además del apoyo incondicional de su amor, Pablo también recibió el cariño de unos pequeños aficionados que no dudaron en pedirle su camiseta a través de una original pancarta de cartón que enseñó orgulloso a su novia mientras esta inmortalizaba el momento con su teléfono móvil.
Tras el partido, cuando creía que había prensa siguiendo sus pasos, la pareja disfrutó de unos minutos de intimidad en la que, intercambiando miradas y confidencias que evidencian lo enamoradísimos que están después de dos años de relación, se fundieron en un tierno y apasionado beso en los labios con el que sellaron el empate que logró el Granollers tras un partido de lo más disputado. Tan discreta como Pablo, Johanna, que visiblemente incómoda ha evitado pronunciarse sobre la buena relación que tiene tanto con doña Cristina como con Iñaki Urdangarín.
"Lo siento, no voy a decir nada" ha expresado con timidez al abandonar el pabellón en compañía de su madre tras despedirse de su pareja.