‘Ganas’ de mentir

Más sabe el refrán popular que nadie y aquello del «donde dije digo, digo Diego…» se practica más en política que ausentarse de las obligaciones parlamentarias – acudir a los plenos sería una de ellas –.En el juego político es difícil a estas alturas encontrar fórmulas que lleguen a sorprender a la gente, hastiada de que las reglas del juego sean siempre las mismas, por lo que algunos candidatos a alcaldía tiran de clásicos que siempre funcionan y recuperan la fórmula del arte burdo de prometer algo en precampaña y, en cuanto todos han metido el papelito en la urna, decir o hacer lo contrario. Después de las elecciones, el refrán pasa a traducirse como un ‘donde cargo contra el leonesismo por inviable y porque «ya sabemos el recorrido que tendría», de golpe y porrazo, oye, se convierte a los ojos desde el sillón del paseo de Salamanca en la carrera con mejores salidas, porque claro, hay que arrimarse al proyecto pujante aunque jamás lo hayas apoyado. Algo así tuvo que pasar por la cabeza de la candidata popular al Ayuntamiento de León, Margarita Torre.

Dijo la concejala Torre cuando aún desconocía el sentido de las urnas, que dejaría gobernar la lista más votada. Un órdago que recogió el alcalde y ambos llegaron a la campaña electoral con esa promesa: la de no crear pactos contra el partido ganador de las elecciones. No sabemos si Diez tampoco lo habría cumplido, pero los hechos son los que son, Diez ganó y Torre perdió. Ambos bajaron en votos sí, pero el PSOE poco más de un centenar y con un porcentaje sobre el total del voto superior al de 2019, mientras el PP se dejó en la capital más de dos mil apoyos. Por lo tanto, el «voto de castigo» del que ha hablado Torre tras las elecciones no ha ido dirigido tanto al PSOE, que también, como para el Partido Popular; y teniendo en cuenta la tónica nacional, se podría afirmar que Diez ha salvado los muebles para su partido.

¿No habrá alguno en Génova, o en Valladolid, a los que chirríe una coalición con el leonesismo? Ese mismo que reclama la autonomía para una Región que ellos ni siquiera reconocen en cuanto les pillan despistados. Pero claro, en política, si hay ‘ganas’, las mentiras no pasan factura y se convierten en las reglas del juego.