"Fue el sueño que no pudo ser y ahora se cumple cuando menos lo esperaba"

Año y medio después de dejar el arbitraje por la edad y convertirse en VAR profesional, la FIFA designa internacional en esa faceta al colegiado berciano José Luis González González

Jesús Coca Aguilera
20/01/2022
 Actualizado a 20/01/2022
José Luis González González, en el centro al frente de la sala VAR durante la semifinal de la Supercopa entre el Madrid y el Barcelona. | MOVISTAR
José Luis González González, en el centro al frente de la sala VAR durante la semifinal de la Supercopa entre el Madrid y el Barcelona. | MOVISTAR
En el que posiblemente era el mejor momento de su temporada, no sólo consolidado en Primera División sino habitual en las grandes citas españolas y en los partidos más delicados, José Luis González González se vio obligado a dejar el arbitraje por culpa del límite de edad de 45 años que se cambiaba en la temporada siguiente.

Él fue el último colegiado español que debía abandonar por esa cuestión, poniendo fin a más de 30 años dirigiendo partidos, los últimos 11 en la máxima categoría española, donde superó los 200 partidos.

Sin embargo, su camino en el mundo del arbitraje no se ha terminado ahí. Cambió, eso sí. Del césped pasó a una sala, a convertirse en uno de los VAR profesionales y centrándose en una tarea que cada 15 o 22 días ya hacía una vez estando en activo cuando entró en vigor, pero que ahora le lleva a actuar en unos cuatro encuentros de media cada semana.

E igual que como árbitro fue quemando etapas y subiendo peldaños, también ahí le han llegado los premios y los particulares ascensos. De hecho es uno muy especial, porque quita una de las poquísimas espinas que se le quedó clavada en su etapa anterior.

«A más práctica aumenta la destreza y desciende el nerviosismo, sabes en cada jugada qué cámara solicitar» No llegó a ser nunca internacional, pues entonces el límite para convertirse en ello era de 38 años y ahí aún tenía un reducido bagaje en Primera, pero lo será ahora como VAR, después de que así le designara la FIFA, siendo uno de los cuatro colegiados profesionales de esta faceta de España que ejercerán como tal.

«Era algo que en su día fue un objetivo, un sueño que pasó a ser aquello que no pudo ser y de repente ahora cuando menos lo esperaba ha llegado, así que bienvenido sea y a disfrutarla, que lo afronto con la misma ilusión que hubiera tenido antes», señala José Luis González González a La Nueva Crónica, incidiendo en que «nunca sabes cuándo va a ser tu momento, hay árbitros de campo que también lo consiguen en un año, si cuentan contigo te puede llegar cuando menos lo esperas».

Eso sí, todavía está por ver en qué competiciones dirige, pues «todo se desconoce un poco, tendrán que hacernos una reunión con las directrices, pero en principio sería viajar a las competiciones con los equipos arbitrales españoles, que están muy bien valorados fuera. Igual que el centro de operaciones del VAR está en Las Rozas, a nivel europeo está en Suiza, en Nyon, y desde allí ayudas a equipos arbitrales».

«Echo mucho de menos arbitrar en el campo, si me dijeran si quería volver no lo pensaba ni un segundo» La ‘Champions’, ‘Europa League’, ‘Conference League’ o por qué no, en un futuro en el Mundial, son los caminos que se le abren ahora al berciano, que depende para ello «de que uno de los árbitros españoles confíe en ti y te meta en su equipo. Cada uno formará el suyo, elegirán a quién quieran y les acompañarás al partido que sea».

Es una forma de echar tanto de menos ser árbitro de campo, algo que añora «quizá más ahora, tras pasar un tiempo, que los primeros meses después de dejarlo. Fueron 32 años sobre el verde y realmente lo echo mucho de menos, si me dicen ahora si quería volver no me lo pensaba ni un segundo, el que es árbitro lo es toda la vida».

Sí que podría pitar en fútbol base, pero «realmente mi tiempo está absorbido con esto y mi familia», señala un José Luis González González que mantiene la excedencia de la Policía Nacional que cogió en sus últimos años como colegiado, puesto que «me lleva más tiempo ahora. Hacemos dos partidos cada fin de semana y además dedicamos una parte del tiempo controlando las salas VAR, para que cuando hay tres o cuatro partidos a la vez veas todo, escuchas todo, compruebes que todo funcione, que puede haber algún problema de alguna cámara que no funcione o alguna línea, y si eso sucede se lo digas a los técnicos».

«Das mucha información durante el partido que ayuda a su gestión, no sólo cuando existe un error» «Se mejora mucho cuanto más practicas, aumenta la destreza y desciende el nerviosismo. Ahora ya sabes en cualquier jugada que cámara solicitar al operador y dónde verlo mejor», apunta sobre cómo se siente en el VAR ante la acumulación de partidos, que por ejemplo en esta semana llega a los seis.

¿Supone más o menos presión estar en la sala o en el césped? «Cuando estás en el campo corres y expulsas adrenalina, liberas tensión que en el VAR no puedes, son sentimientos diferentes», apuntaba José Luis, incidiendo en que «cambia la responsabilidad, parece como que se entiende la posibilidad de un error en el campo pero no ahí. Estás ayudando a un compañero, no quieres fallar y como tienes muchas cámaras no quieres que se quede algo sin resolver, pero en el VAR lo mejor que puede pasar es que sea blanco o negro, en los grises, en esas jugadas que implican interpretación, se complican las cosas».

«Dependerás de que uno de los árbitros españoles confíe en ti y meta en el equipo que cada uno vaya a formar» Eso sí, aunque esa es la labor con la que se queda la gente, ocupar ese puesto supone más, pues «le das mucha información durante el partido que ayuda a la hora de dirigir y del trato con jugadores, no estás en contacto sólo en errores claros. Si un jugador se queja de la cara y ves que le ha dado en el pecho y está fingiendo, que otro está enfadado porque en una jugada anterior le dejaron el brazo, ver qué ha pasado en un lance entre dos jugadores... cositas así que vienen muy bien para la gestión del encuentro y de las emociones, para que no se caliente el choque».

Eso sí, aunque a González le ha venido bien usarlo desde el otro lado «para entender qué es lo que demandas», luego cada árbitro «es un mundo, algunos demandan más información y otros menos, lo hablas antes».

Son los entresijos de una labor ya imprescindible en la élite. De una que hace unos días le llevó a Arabia para estar en la Supercopa donde dirigió el Madrid-Barcelona y, en breve, pondrá al berciano en las mejores competiciones del mundo.
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