Filandón navideño en El Valle de las Casas

Dos decenas de vecinos se reunieron en torno a un Ramo leonés de gran tamaño

Fulgencio Fernández
26/12/2021
 Actualizado a 26/12/2021
Los vecinos de El Valle de las Casas con su decoración navideña. | L.N.C.
Los vecinos de El Valle de las Casas con su decoración navideña. | L.N.C.
Venancio y Valentina charlan animadamente en una mesa del tele club de El Valle de las Casas, al calor de la estufa de pellets. Lo de animadamente se supone estando Venancio por medio, a pocos meses de cumplir los 90 años, un pozo de anécdotas y de recuerdos, ironía en estado puro.

- ¿Y cómo veis vosotros eso de la España Vacía o Vaciada?
- Dice que somos nosotros; contesta Valentina.
- Si dicen que digan, allá ellos, ellos sabrán porque lo dicen; remata Venancio, que tiene salida para todo y las preferencias bien claras, él no quiere salir de El Valle de las Casas, motivos no le faltan: "¿Tú sabes cuál es el mejor invento del siglo XX? El tocino. Y aquí lo tenemos, y bien bueno".

Es una de las conversaciones, la más sarcástica, de ese punto de encuentro que es en nuestros pueblos el tele club, que en El Valle 'regenta' la Asociación El Toral pero lleva un sistema comunal, en el que un buen número de vecinos tiene llaves, cuando hace falta se abre.

Antes de reunirse en el tele club la gran mayoría de los vecinos habían acudido a hacerse una 'foto de familia' a los pies del Ramo leonés de grandes dimensiones que han colocado en las inmediaciones de la iglesia, 'combinado' con una serie de luces en el templo que, explica Rafa, "cuando vienes por la carretera y lo ves en el horizonte pues sabes que hay vida en el pueblo, que hay actividad,que pese a las circunstancias queremos celebrar de alguna manera la Navidad". Por allí cerca anda, y asiente, Luis García, que es quien ha asumido la mayor parte del trabajo de colocar el ramo leonés y las luces. Él no le da importancia. "Es lo que hay que hacer, colaborar, pero el que paga es éste"; y señala para Inocencio Medina.

- Yo no, la Junta Vecinal, claro que corremos con los gastos de material y esas cosas, ¡qué menos!; señala Medina, que es el presidente de la Junta Vecinal e hijo de uno de los ‘ilustres’ del pueblo, un recordado luchador pero no de leonesa —que también la practicó en sus inicios— sino de lucha libre, allá por los años 60, adquiriendo notable fama en Madrid y también en Asturias, donde acudía a pelear con frecuencia.

- Yo le conocí y le ví pelear; era muy fuerte, una cosa exagerada; explica Venancio, que mantiene frescos infinidadde recuerdos y nombres de vecinos que aún viven en el pueblo, muchos que han fallecido y otros que se han ido, fundamentalmente al País Vasco, que fue la salida natural durante años, seguramente ‘aprovechando’ el trayecto del Tren Hullero.

En pleno improvisado filandón reciben los vecinos de El Valle de las Casas la visita de su alcalde (el ayuntaniento es Cebanico), Dionisio Gómez, acompañado de uno de sus concejales, Jesús Cerezal, uno de los hermanos luchadores de Corcos, recordado por una fortaleza que bien podría igualar a El Gorila y conocido, por ello, como El Hidráulico.

A Gómez y Cerezal, que llegan juntos de un Pleno y son de distinto partido, les van a explicar lo que es la España Vaciada. "Somos siete pueblos y no llegamos a las 150 personas censadas", explica el alcalde. El Valle de las Casas es el segundo más poblado y en Nochebuena tenía 22 habitantes.

Recorremos el pueblo, no encontramos a nadie prácticamente por la calle pero no es menos verdad que son varias las casas cuya chimenea echa humo en las que nos invitan a entrar y tomar algo. La iglesia presenta muy buen aspecto exterior y es que ha sido restaurada hace muy poco tiempo, con sus arcos en perfecto estado. El tele club está en una de las antiguas escuelas y la otra escuela "está en lista de espera" para ser arreglada. Pero el edificio del que se sienten orgullosos los vecinos, aunque el día 24 estaba cerrado, es un museo etnográfico de una familia, la de Juan García Tejerina y Aurora Medina, un excelente museo etnográfico creado por Juanito (fallecido hace unos meses), con miles de piezas que fue coleccionando y documentado, desde el último apero a la máquina de hacer las hostias... todo. "Y encantados de que vaya la gente a verlo, cuando están aquí, porque en invierno se van para Asturias. Ahora lo enseña la viuda y su hija, pero la que también sabe todo de cada una de las piezas es la nieta".

Es hora de marchar, ganas no hay y Venancio insiste en tomar otro vino porque, argumenta: "El vino ilustra a las personas y el trabajo las embrutece; vosotros veréis si tomáis otro vino o vais a trabajar un día como hoy".

La verdad es que lo que más apetece es quedarse en este pueblo que se niega a dejar pasar de largo la Navidad, pero como decía el histórico cantinero cuando quería cerrar: "Esta gente tendrá una casa para la que marchar".
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