Feve: ¿reservas mentales o mentiras de políticos?

Manuel M. Urueña Cuadrado
11/03/2020
 Actualizado a 11/03/2020
Mientras era Ministra de Fomento la Ilma. Sra. Dª Ana Pastor Julián (dejó de serlo en julio de 2016), hizo varios viajes a León y aquí realizó declaraciones a la prensa sobre la situación de las obras en el tren de vía estrecha, Feve, en las cercanías de León. Entre otras, las siguientes:
– En octubre de 2014 declaró: «...se espera tener terminada esta obra en el primer trimestre del año próximo».
– En marzo de 2016 declaró igualmente: «...hay dinero para terminar la obra de integración de Feve este año». «En el primer trimestre de 2017, la apertura de la línea hasta la estación».
– En otra fecha declaró también: «...solo falta resolver una cuestión técnica» y «las obras pendientes durarán unos diez meses».

Nada de lo anunciado en esas declaraciones se cumplió antes ni después de que dejara el cargo.

Es lógico que dichas declaraciones deberían basarse en planes concretos en marcha, planes cuyos documentos existirían en el Ministerio. Sin embargo, al no cumplirse lo previsto en ellas y haberse rebasado en varios años los plazos anunciados sin haber sido explicado ese incumplimiento, nace la sospecha de que tales planes no existían y que aquellas declaraciones no estaban sustentadas por unos proyectos reales.

Las únicas razones dadas de los retrasos, referentes a ciertas normas de seguridad necesarias que se estaban elaborando, solo pueden ser excusas muy poco convincentes; tales normas se pueden hacer en pocas semanas, no en los años que se tardó en hacer la ampliación del canal de Panamá; transcurridos varios años, no hay noticia de que se hayan elaborado.

Dada la situación actual de esta línea de tren, es incomprensible que la persona responsable de aquellos anuncios haya olvidado dar una explicación pública a los leoneses sobre el incumplimiento de lo dicho en sus declaraciones; la forma convincente de hacerlo sería exponiendo públicamente la documentación de Renfe que muestre la existencia de los planes mencionados en la fecha en que fueron hechas las declaraciones, en el caso de que así fuera, explicando a la vez las causas de su incumplimiento. Ningún representante político leonés ha exigido esas pruebas.

Esta documentación podría obtenerse apelando a la Ley de Transparencia y Buen Gobierno, que obliga a facilitar a los ciudadanos cualquier documento utilizado por un funcionario público en su trabajo como tal (excepto en asuntos muy concretos que nada tienen que ver con este caso). Es cierto que esta ley es endeble y hasta el mismo Consejo de Transparencia ha denunciado que organismos públicos no la cumplen (quien esto escribe también ha podido comprobarlo), pero los representantes políticos tienen medios a su alcance para esas actuaciones que para un ciudadano normal pueden exigir acudir a los tribunales.

Después del cambio ocurrido en ese Ministerio en junio de 2016, el nuevo ministro anunció que los planes se alargarían varios años, lo que es incoherente con lo declarado por su predecesora en el cargo.

En la fecha del cambio de Gobierno sucedido en junio de 2018, no había nada nuevo en la situación deplorable en que se presta el servicio de tren de Feve en León; seguía igual que en noviembre de 2011. Tampoco había un plan público con fechas y detalles de la terminación del proyecto de estas obras, en el caso de que tal proyecto existiera.

Los leoneses tenemos razones para sospechar que los planes anunciados en esas y otras declaraciones de otros responsables del Ministerio de Fomento no existieron nunca.

Desde que se instauró el nuevo gobierno, hemos podido conocer que los plazos que se han anunciado son los mismos que se escucharon varios años atrás; han transcurrido ya casi dos años y la información sigue siendo difusa y nada comprometedora para el Ministerio.

La situación en marzo de 2020 es esta:
– Los trenes no llegan a León, las obras están paradas y no hay ninguna información precisa sobre el futuro de esta línea de tren.
– El servicio de trenes es muy malo desde hace más de ocho años y no sirve a una parte importante de los usuarios que lo necesitan, que dejaron de ser viajeros habituales en noviembre de 2011.

Puede comprenderse que los leoneses, especialmente quienes usamos este servicio de transporte público, sintamos que hemos sido engañados repetidamente, sufriendo un desprecio continuado de los responsables del Ministerio de Fomento, que la gestión de este proyecto de Renfe ha sido un fracaso desde su iniciación en 2010 y que los políticos leoneses se han olvidado de su obligación en relación con ese transporte público.

Quienes ostentan puestos públicos en la administración del Estado habiendo sido elegidos por los ciudadanos se deben a su servicio; en sus declaraciones públicas no deben incluir reservas mentales, datos incompletos o mentiras que induzcan a engaño, ocultando lo principal que se espera en ellas. Es muy grave que eso ocurra y actuaciones de ese tipo deberían desprestigiar a sus actores e inhabilitarlos para las funciones públicas que ejercen.
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