Fallece Millán, la última leyenda de la época gloriosa de la comarca de Riaño

El recordado luchador de Burón, campeón provincial en 1959, falleció a los 89 años de edad y este jueves será enterrado en su pueblo

Fulgencio Fernández
30/12/2021
 Actualizado a 30/12/2021
Una estampa típica de Millán Alonso como luchador, sacando arriba a sus rivales.
Una estampa típica de Millán Alonso como luchador, sacando arriba a sus rivales.
Los últimos días del año nos dejan otra noticia triste para la lucha leonesa, con especial incidencia en la comarca de Riaño, y es que acaba de fallecer, a los 89 años de edad, Millán Alonso Sánchez, Millán el de Burón, seguramente la última leyenda de la época dorada de la lucha en aquella montaña. Primero falleció, muy joven, Quintín Martínez, El Gladiador Romano de Acebedo; y después se fueron ilustres luchadores como Benito Fernández, Benitín el de Las Salas (cuñado de Millán Alonso); Eusebio Tejerina, El Jato de Argovejo o Miguel Álvarez, Miguelín de Acebedo, todos ellos admirados luchadores de aquellos años en los que se ‘batieron’ el cobre duro con no menosrecordados competidores de la Ribera: Felipe, Cayo, Frumencio, Flaviano... Por suerte aún vive el gran patriarca de la lucha leonesa, Antonio Alvarado, de Remolina, que ya alcanzó los 109 años.

Millán es recordado en la lucha por su tremenda potencia, lo que le llevaba a ser un fiel practicante de la mediana, imparable en muchas ocasiones aunque había un rival que se la falseaba hasta obligarle a no trabarla, Quintín. Como Quintín era muy aficionado a competir en su comarca, donde se motivaba mucho más y ganó un buen número de corros. Pero su tarde de gloria fue, sin duda,la del Campeonato Provincial que, además, se celebraba en Riaño. Estaba Felipe León lesionado y ejercía de árbitro en aquella ocasión, plantándoseen la final los dos ‘héroes’locales: Quintín y Millán. La victoria fue para el de Burón, muy motivado y feliz, como el mismo me reconocía en una entrevista en La Crónica: «Es mi recuerdo más feliz, sin duda, pues no te voy a mentir, el favorito era Quintín, que me tiraba más veces que yo a él, pero aquella tarde, yo salí con muchas ganas, tal vez fuera eso».

La realidad es que aquel día entró en la historia. Y en ella sigue, los viejosaficionados aún recuerdan al potente Millán, que prolongó su afición arbitrando en ocasiones y manteniendo siempre el espíritu noble del viejo luchador.
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