Los personajes del tío Ful: Laura, novelista

Con 4 años ganó un concurso de relatos en el "cole" que ni recuerda de qué trataba; con 18 publica su primera gran novela, Ataraxia, y tiene otras dos escritas pero ninguna prisa en publicar

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
22/07/2023
 Actualizado a 28/07/2023

Mi compañera Laura, que graba la entrevista, dice cuando ésta acaba: "¡Qué pena que se acabe, a esta ‘niña’ da gusto escucharla...".

Lo de niña tal vez no sea "tal cual" en puridad pero se acerca mucho a cómo la otra Laura (García Rodríguez) va quemando etapas de manera precoz: "Siempre me gustó escribir; de niña, con solo cuatro años, gané un concurso de relatos en el cole de infantil. No recuerdo lo que escribí ni de qué trataba el relato, pero por casa anda la placa que me dieron como premio".

Ahí comenzaba una carrera precoz que ha tenido otro hito importante con la publicación, con tan solo 18 años, de su primera novela, Ataraxia. Alma, razón y sentimiento’, una cuidada historia que son varias historias de mujeres de colectivos vulnerables que se desarrollan en varios países. Una trama sorprendente para una primera novela pero tal vez no para una mente tan organizada y bien armada como la de la joven leonesa, estudiante de Imagen y Comunicación en Madrid, con excelentes notas, como en toda su trayectoria académica, "siempre en la pública", explica. Y, curiosamente, esta historia de mujeres comenzó siendo de hombres. "El origen está en un cuento que escribí hace unos años, de dos chicos, pero al retomar lo pensé: ¿porqué escribir de lo que no conozco cuando lo que me apetece es escribir de lo que siento".

Y lo que siente Laura es la necesidad de estar con los colectivos vulnerables, representados en las tres protagonistas de la novela, y su forma de lucha —"de revolución", dice ella— fue escribir pero, sobre todo, documentarse. "Leer sobre lo que vas a escribir, conocer a grandes personalidades de cada colectivo te puede cambiar la vida. A mí me tocó muy de cerca las historias sobre prostitución, la trata de mujeres, conocer a mujeres que habían tenido de ejercerla... y como soy optimista pues dejo una puerta abierta en el desenlace con una especie de mensaje de que otro mundo es posible".

Con gente como Laura seguro, otro mundo (mejor) es posible.

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