Villafranca del Bierzo parece estar ante un importante año en su historia reciente, especialmente en el apartado del turismo. Dos pilares sustentan este dato, al margen de los importantes atractivos habituales de la villa: la exposición de Las Edades del Hombre y una apuesta clara por uno de sus grandes activos, la vinculación con el Camino de Santiago, la Puerta del Perdón, los monumentos, la historia...
Y del baúl de los recuerdos setenteros surgen imágenes vinculadas al Camino de Santiago que, recuerda su autor Fernando Rubio: "Entonces no se explicitaba nada más al decir Camino de Santiago, no tenía más apellidos, el Camino era uno, el que desde Roncesvalles lleva a Santiago de Compostela atravesando 210 kilómetros de la provincia de León y que se denominaba Ruta Jacobea o Camino Francés".
En aquellos años tal vez la única referencia añadida, la posibilidad de otra ruta, era la de acudir hasta la Cámara Santa de Oviedo subiendo por la cuenca del Bernesga para comprobar la veracidad de aquel dicho que tanto se repetía: "Quien va a Santiago y no a San Salvador, visita al criado pero no al señor". Cierto que el dicho tenía mucha vigencia principalmente en Asturias pero también en las tierras de paso de la Montaña Central leonesa y que, cierto es, siempre recibió el paso de algunos peregrinos pero nada que ver con los del "francés". Por otra parte el nombre de "camino primitivo" le daba un cierto pedrigree.
De 1978 son las imágenes de Fernando Rubio, de uno de aquellos peregrinos que tanto llamaban la atención, en este caso con su carro, su caballo y su perro; y otra imagen de uno de los lugares emblemáticos, la Cruz de Ferro, también noticia en fechas recientes. Las fotos ilustraban un reportaje de "en carro a Santiago", con el peregrino de la imagen; muy parecida la estampa a la que se repitió no hace mucho con otra enamorada del Camino, que también partió en carro hacia Santiago, precisamente desde el albergue Ave Fénix de Villafranca, con su hospitalero.
Es la escultora Irene García-Inés Aguado, que viene trabajando en diferentes iniciativas de puesta en valor del Camino con especial atención a su aspecto cultural y humano; teniendo en Villafranca del Bierzo el ‘centro de operaciones’, en una iniciativa más para potenciar la imagen y la importancia de la localidad berciana.
De estas casi cinco décadas que han pasado desde el reportaje de 1978 a la actualidad lo que más llama la atención de Fernando Rubio, atento seguidor de las noticias de su tierra, es la proliferación de ‘nuevos caminos’, de los que que no pone en duda su valor: "No creo que sea nuestra misión —reflexiona— firmar cartillas de autenticidad, historia o similares, documentadas estarán con toda seguridad, pero no puede dejar de extrañarme cómo han surgido en las últimas décadas alternativas para que buena parte de la provincia pueda disfrutar de la esencia y el espíritu del Camino de Santiago" y habrá que celebrarlo si además suponen una posibilidad de desarrollo para las tierras que atraviesan, muchas de ellas tiradas en ese saco del olvido que han dado en llamar "la España Vaciada".
Y se han ido estudiando, documentando, potenciando y desarrollando nuevos "caminos" que ya suman en la provincia de León más de 700 kilómetros, frente a aquellos 210 del Camino Francés, con cuando menos siete trazados jacobeos por la provincia. El bueno de Fernando Rubio ha hecho las cuentas de los ‘nuevos’ (entiéndase la expresión): "Son 210 kilómetros (más los de las 2 variantes) del Camino Francés, que en esta provincia, cerca de Sahagún, cuenta con el punto medio de su recorrido en España. Suma 216 kilómetros de el Camino Olvidado, que en la actualidad está en plena recuperación; otros 125 kilómetros más en la Ruta Vadiniense, que cruza los Picos de Europa y llega a Mansilla, donde se une al Camino Francés; 65 kilómetros tiene en la provincia el Camino de San Salvador, que parte desde León hasta Oviedo, para que los van a visitar y no al Siervo (por el refrán); otros 50 kilómetros en la Vía de la Plata, que se une al Camino Francés en Astorga; 35 kilómetros aporta el llamado Camino de Invierno, que desde Ponferrada sigue el curso del Sil hacia Orense, evitando el paso de O’Cebreiro y, finalmente el más corto, pues son solamente 22 los kilómetros que suma el Camino de Madrid, que se une al Camino Francés en Sahagún".
Bien es cierto que las cifras de peregrinos avalan la ‘capitalidad’ del Camino Francés; seguramente ayudado por la historia, la tradición y la existencia de muchas más infraestructuras para los caminantes, especialmente albergues. Pero si en 50 años ha cambiado tanto... nadie sabe qué deparará el futuro.