Si valiera la bata guateda

La última de La Nueva Crónica

12/11/2025
 Actualizado a 12/11/2025
| FERNANDO OTERO
| FERNANDO OTERO

Tuve un compañero de estudios, que llegó a las más altas instituciones del Estado –aunque a veces fuera noticia por otras historias con casco en el codo– que la tarde de los viernes era sagrada para él, la tenía ocupada en peinarse para parecer despeinado en los bailes de la discoteca Brujas, donde se ganaban unas perras los de los viajes fin de curso.
Primero el agua dominadora de los libertinajes capilares, ráfagas de gomina, un primer peinado a tres o cuatro aguas, dejar caer medio flequillo, una simpática ondulación, unos rizos y el secador por parroquias para darle volumen... Después de más de dos horas de intentos –el intento no está penado– llegaba el momento de pasar el criterio estético de su amigo Santines, leonés cómo no, que indefectiblemente sentenciaba: «Figuras –su apodo ya dice mucho– hoy triunfas».
– ¿Cómo me ves?
– Arreglao pero informal. 
– No hay nada más complicado que peinarse despeinado; sentenciaba el berciano Chente.
Con el tiempo el «arreglado pero informal» fue una moda que, como peinarse despeinado, es tan complicado como caro, la moda se metió por medio y, con ella, ya sabes como se disparan los precios. Mira la foto y calcula. 
Y, lo que es peor, estas modas se llevan por delante tradiciones de tan larga trayectoria como jugar en las fiestas el solteros contra casados. Porque ir arreglado pero informal toda la vida de dios fue la bata guateada. 

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