Romper el hielo para lavar

La última de La Nueva Crónica

15/01/2024
 Actualizado a 15/01/2024
LA GAFA DE ORO
LA GAFA DE ORO

Parece un momento muy apropiado, estos días de hielo y frío, para recordar a las lavanderas, aquellas mujeres de la generación irrepetible que acudían cada día a la orilla del río con la tabla que les daba nombre para lavar en sus aguas heladas los cacharros, las ropas de la larga familia, los trapos de los hijos que hacían las veces de los inexistentes pañales o limpiar las tripas del cerdo recién sacrificado y reutilizarlas para hacer esos riquísimos chorizos y morcillas caseros. Nunca pensamos al comerlos en aquellas mujeres metiendo sus manos en las heladas aguas.

Fueron muchas las ocasiones en las que tuvieron que romper el hielo para poder lavar en el río. Solo ellas, las de esa generación irrepetible e indomable, eran capaces de superar ese hecho cotidiano que produce escalofríos solamente de pensarlo. Ellas, mejor que nadie, sabían bien dónde estaba el origen de aquel reúma que amargó su vejez y para el que la ciencia no tenía solución más allá de la Aspirina que ejercía de remedio para todo. Por cierto, cuando prohibieron la Aspirina ¿lo hicieron al constatar que sólo aquella generación era capaz de soportar la agresividad de este medicamento?

Se entiende ahora mejor a Asun, que al cumplir 108 años y pedir chorizo en vez de tarta, replicó a la reflexión de su nieta diciendo que ‘el chorizo le hará daños al estómago’: «Al estómago mío lo único que le hizo daño, de toda la vida, fue el hambre».

Se entiende ahora mucho mejor a Isabel la de Casetas, que al repasar los momentos más felices de su vida hay uno que tiene muy claro: «Cuando llegó el agua a las casas. Lloré de emoción». 

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