Ome coño, rincón por rincón... León

La última de La Nueva Crónica

Por Fulgencio Fernández y Saúl Arén
19/01/2024
 Actualizado a 19/01/2024
| SAÚL ARÉN
| SAÚL ARÉN

Me niego con los putos emoticonos. Hasta ahí podíamos llegar. No es que tenga nada contra los dibujitos, ni que la Junta los pague a quince mil, es que va a llegar el momento en el que no haga falta hablar en todo el día. Un par de logos, cincuenta emoticonos, tres conversaciones de wasaap llenas de palabras que no existen... y llegó la hora de dormir, a cenar (una manzana, si puede ser, por aquello de no alejarnos de una marca de ordenador)y para la cama, que si tienes suerte igual cuando te va a tapar tu madre te da las buenas noches.
No puede ser. Con lo que me gusta a mí chafardear con el vecino cuando salgo al alto la calleja y me cuenta, todo seguido, el Parte de la su tele, el tiempo del transistor (que es mucho más fiable), la última ocurrencia del presidente (no nos vengamos arriba, de la Junta Vecinal), los bares de la contorna que cierran hoy porque es jueves, lo mal que juega al tute uno de Gete que se incorporó tarde al oficio o ¿de quién será ese coche azul que pasa todos los días a estas horas como ‘el tío los mixtos’?... En media hora ya hablamos más que casi todo Madrid junto, y sin un puto emoticono.
Yo también tenía una Vespa y no me daba tanto pote con ella. Qué tiempos aquellos cuando lo más adelantado en publicidad era la pegatina de ‘Rincón por rincón... León’, que lo moderno era poner ‘Rincón x rincón’.

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