La mal llamada perra vida

La última de La Nueva Crónica

16/05/2025
 Actualizado a 16/05/2025
| SAÚL ARÉN
| SAÚL ARÉN

En estos días que se acaban de producir un par de esas noticias que tanto llaman la atención y tanto preocupan, con razón, sobre el ataque de perros a humanos, con especial dolor cuando es a niños, tal vez sea bueno recordar tantas historias humanas de perros, exactamente lo contrario de lo señalado. 

Vaya por delante que Félix el de los perros, que de esto sabe un rato, siempre repite que «no hay perros peligrosos sino dueños inconscientes», que se parece mucho al titular de Fani Coucheiro, adiestradora y cantante de La Misión, que decía sobre su primera profesión: «No hay perros peligrosos sino mal educados y dueños irresponsables».

Irresponsables, inconscientes y el perro en medio.

Vanesa, pastora de Honor este año en Cerezales, cuenta cómo cuando su hija era casi un bebé y la dejaba en la silla mientras hacía las faenas del rebaño, si la niña se salía un mastín establecía una barrera de protección para que nada le pasara ni corriera ningún peligro. Nadie sabrá nunca cómo llegó a entender la necesidad de esta nueva tarea que no estaba escrita en su código genético pero sí en su oficio de protección de los suyos, ya sea el rebaño o sus dueños.

Cuando los pastores hablan de sus perros solo hay que tomar nota y tienes escrita una carta de amor.

Cuando muchos vecinos a los que la vida ha dejado solos, o en una pareja de edad avanzada, hablan de su perro solo tienes que tomar nota y te habrán dado la más bella lección de cómo combatir la soledad.
Cuando alguien arriesga su vida lanzándose al agua para salvar a su perro escucha a quien entiende su gesto porque hay en sus palabras una lección de fidelidad de quien sabe que al revés también ocurriría, sin duda. 

Cuando vayas a decir «perra vida»... piénsalo. 

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