Es mi vida, la llevo conmigo

Fulgencio Fernández y Saúl Arén
26/01/2024
 Actualizado a 26/01/2024
| SAÚL ARÉN
| SAÚL ARÉN

Hace bastantes años en la centralita del Greim sonó el teléfono:«¿Son ustedes los que suben a las cuevas y rescatan cosas? Quería que fueran a una cueva a buscar algo que tengo allí».
- ¿Y por qué no sube usted?
- Porque tengo 96 años.
Quedó intrigado el guardia montañero y en su tiempo libre fue a ver al anciano que le contó que había vivido en una cueva, en la posguerra, huido, y en el tiempo que estuvo allí fue escribiendo un diario que al irse dejó enterrado, bien protegido y envuelto en tripa de alguno de los animales que habían matado para comer. Yle explicó, en pasos exactos, cómo localizar el cuaderno que guardaba el día a día de 4 años de su vida.
Lo encontró. Justo en el lugar que le dijo. Bien envuelto, perfectamente legible. 
Allí estaban cuatro años de la vida del viejo minero y luchador. Una historia para contar y el guardia se ofreció a hablar con un periodista amigo para que hiciera un reportaje.
- No. No quiero que se cuente, ni siquiera que lo vea la familia. Lo quiero para que lo metan en mi ataúd cuando muera, envuelto como está. Guarda cuatro años de mi vida que me habían robado y quiero llevarlos conmigo, así morirme sin deudas pendientes. Al leerlo los he vuelto a vivir.
Cada cual hace con su vida lo que quiere. Él sólo quería revivirla.

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