Anuncio de noche mágica

La última de La Nueva Crónica

15/05/2025
 Actualizado a 15/05/2025
| MAURICIO PEÑA
| MAURICIO PEÑA

Bien podía ser el anuncio sin palabras de una noche, o una tarde, mágica. Detrás de lo que hagan con esa pequeña a la que llaman española y con ese grande de ámbito internacional habrá magia, sensaciones, historias... las manos que despertarán los sueños de la velada están velando armas, calentando motores, colocando partituras.

Salir al escenario, hacer sonar los tambores de la música, solo es el final de un largo camino, para ellos y para todos. 

Para todos, aquella generación a los que nos contaron que la música, los conservatorios, leer una partitura o escuchar a una sinfónica era un lujo impropio de una tierra de pan y circo o, como mucho, toros, el festival de Eurovisión y los Coros y Danzas de la Sección Femenina que nos televisaban el 18 de julio. Curiosamente la música, al margen de unos pocos privilegiados de los conservatorios, vivía en las frías paredes de los seminarios, en los coros de los dominicos... 

No extraña que uno de los sufridores del ruido que nos dieron por música acuñara aquello de «hicimos la carrera de música en los coches de choque... y así nos salió». 

Para ellos, para los jóvenes músicos de hoy, también es el final de un largo camino que vamos siguiendo desde que eran niños, cuando a los de los coches de choque nos llamaban tanto la atención aquellos ‘micos’ que caminaban hacia los conservatorios o las escuelas de música con unos instrumentos muchas veces más grandes que ellos, con unas partituras que nos parecían los damerogramas de las páginas de entretenimiento.

Y de aquellas vistas estas glorias, esos conciertos, esa magia que siembran en la semana cultural del último pueblo, esa vida más allá de los coches de choque.

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