Exigen que se cumpla la normativa para eliminar colillas y plásticos de las calles de Ponferrada

Proyecto Orbanajo y Clowncolillas estudian endurecer su solicitud que han presentado en unos siete escritos al Ayuntamiento de Ponferrada para acabar con este problema

Mar Iglesias
04/01/2021
 Actualizado a 04/01/2021
Miembros del Clowncolillas colocando uno de los «colilleros» que han realizado frente al Instituto Gil y Carrasco.
Miembros del Clowncolillas colocando uno de los «colilleros» que han realizado frente al Instituto Gil y Carrasco.
Ver las laderas aledañas al río Sil de nuevo llenas de plástico tras haber realizado múltiples limpiezas solidarias para ponerlas al día y comenzar a ver que el Ayuntamiento sancionaba a los comerciantes que, desde el mercado tiraban esos restos, ha vuelto a enervar a Proyecto Orbanajo y Clowncolillas, una agrupación de cuidado ambiental que comenzó a denunciar esta falta de higiene y estética urbanística, pero sobre todo de concienciación social, hace más de un año. Reconoce su portavoz, Pablo Ovalle, que se llegaron a mover cosas «pero se paró y eso hace pensar que no hay una voluntad de hacerlo».

Aunque asegura que desde la cartera de Medio Ambiente del Ayuntamiento se han acogido muchas de sus ideas, al final, el problema fundamental sobre el que gira es «que no se cumple con la normativa».

Asegura Ovalle que existe una normativa de Protección de Espacios Públicos que no se está cumpliendo y en la que se reservan sanciones para aquellas personas que tiren a la vía pública cualquier desperdicio. La batalla por conseguir ese cumplimiento se ha plasmado en unos siete escritos dirigidos al Ayuntamiento, aunque el resultado sigue sin ser el esperado y la agrupación se plantea adoptar medidas más contundentes con el fin de que esa norma legal se materialice. Para Ovalle es la clave para acabar con problemas fundamentales en la ciudad como los plásticos en el suelo -ahora también mascarillas y guantes- y las colillas, contra las que han luchado con dureza en otra de sus campañas de recogida.

Hasta 25.000 colillas han recogido en las diversas campañas voluntarias que han convocado y a las que Ovalle hecha en falta mayor participación social «hay gente que sí tiene mucha voluntad pero creo que siempre hemos sido pocos». Ahora han decidido parar la recogida «porque tenemos toda la recogida en casa y no sabemos qué hacer con ellas». Solo en México hay una empresa que se dedica al reciclaje de colillas y su única propuesta es que se abra aquí una franquicia «pero eso nos supondría un coste de unos 200.000 euros», dice Ovalle descartando la idea.

Considera que es el momento de que la administración se implique, porque si no de nada habrá servido su trabajo. De hecho han decidido parar esas campañas de recogida de colillas «nos dábamos cuenta de que recogíamos y al día siguiente seguía igual, no servía de nada». Sí reconoce que se han hecho carteles para colocar en los bares y espera que se continúe con esa concienciación pero no es suficiente.

Ahora, Proyecto Orbanajo y los Clowncolillas han abierto otra vía con la construcción de «colilleros» con material reciclado. La idea era realizar talleres para que la población pudiera hacerlos y colocarlos por toda la ciudad, pero «nos han dicho que por los protocolos de Covid no podíamos hacerlo». Entonces han diseñado un plan B, colocarlos ellos mismos. Y lo han hecho en 15 lugares de la zona alta de la ciudad.

Asegura Ovalle que seguirán por la zona de abajo y recogerán las colillas que se depositen en ellos cada semana. Pero además, han iniciado una segunda actuación que denomina «la tiza de la vergüenza». Se trata de una idea que conoció en Barcelona de señalar con un círculo de tiza cada colilla que se vea en el suelo. Eso forma paisajes bajo los pies realmente vergonzosos que espera que despierten conciencias, que es el fin con el que se creó Proyecto Orbanajo. Incluso han pensado en realizar una campaña de crowfunding para costear los gastos que puedan suponer sus acciones, porque les falta ese respaldo administrativo y también la unidad de los colectivos ecologistas que Ovalle echa en falta.

Para 2021 pide que la normalidad permita continuar con sus actividades. La idea es realizar talleres para diseñar colilleros en los colegios y también de concienciación ambiental y seguir luchando por el cumplimiento de la normativa y la colocación de un nuevo contenedor de color gris para los materiales que no se pueden procesar desde los otros métodos de reciclaje, como pañales.
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