El insomnio infantil es una preocupación común entre padres y cuidadores. Cuando los niños no duermen bien, no solo se resiente su energía y humor, sino también el bienestar general de toda la familia. Aunque es normal que los pequeños tengan noches agitadas de vez en cuando, si los problemas de sueño se vuelven frecuentes, es importante identificar las posibles causas y buscar soluciones.
Causas comunes del insomnio en niños
Existen varios factores que pueden alterar el sueño infantil. Entre los más comunes están:
- Cambios en las rutinas: Mudanzas, llegada de un hermanito o el inicio del colegio pueden generar inseguridad o ansiedad que se refleja en el sueño.
- Falta de hábitos de sueño: Irse a dormir cada noche a una hora diferente, usar pantallas justo antes de acostarse o no tener un ambiente adecuado para el descanso puede dificultar que el niño se relaje.
- Sobreestimulación: Juegos activos a última hora del día, programas de televisión con mucho ritmo o incluso exceso de tareas pueden hacer que el cerebro infantil no logre desconectarse con facilidad.
- Factores emocionales: Miedos nocturnos, estrés o preocupaciones (aunque parezcan pequeñas para los adultos) también pueden interferir en el descanso de los más pequeños.
Síntomas del insomnio infantil
El insomnio en niños no siempre se manifiesta como en los adultos. A veces, en lugar de mostrarse cansados, los niños con falta de sueño pueden estar irritables, hiperactivos o tener dificultades para concentrarse. Algunos signos frecuentes son:
- Dificultad para conciliar el sueño o despertares frecuentes durante la noche.
- Quejas de cansancio por la mañana.
- Cambios de humor, como llanto fácil o mayor irritabilidad.
- Bajo rendimiento escolar o falta de atención.
- Somnolencia diurna o siestas excesivamente largas.
Recomendaciones para mejorar el sueño infantil
Afortunadamente, existen remedios y estrategias que pueden ayudar a los niños a dormir mejor sin recurrir a soluciones agresivas.
- Establecer una rutina nocturna relajante: Bañarse, leer un cuento y apagar las luces siempre a la misma hora ayuda a que el cuerpo del niño se prepare para dormir.
- Crear un ambiente propicio para el descanso: La habitación debe ser tranquila, con poca luz y temperatura agradable. Evita las pantallas al menos una hora antes de dormir.
- Practicar técnicas de relajación: Respiraciones suaves, música relajante o incluso masajes suaves pueden ser muy efectivos para calmar la mente de los niños.
- Cuidar la alimentación nocturna: Evita comidas copiosas, azúcares y bebidas estimulantes cerca de la hora de dormir.
- Uso de complementos alimenticios: En algunos casos, puede ser útil apoyar estas medidas con productos formulados especialmente para el descanso infantil.
Una opción recomendada por muchos padres son las gotas para dormir niños, como Melamil®, un complemento alimenticio a base de melatonina de liberación rápida. Su fórmula ha sido diseñada específicamente para favorecer el inicio del sueño y promover el bienestar nocturno en niños.