La temporada navideña es, para la mayoría de los hogares, el momento del año en el que más se gasta.
Las compras, los regalos y las celebraciones hacen que el presupuesto se dispare en pocas semanas.
En España, diferentes estimaciones sitúan el gasto navideño habitual entre 550 y 750 euros por hogar, aunque en familias con niños o en grandes ciudades esta cifra puede superar fácilmente los 900 euros.
Esta combinación de gastos concentrados en un periodo muy reducido hace que muchos hogares sientan que la Navidad es un desafío económico.
La presión social y emocional por consumir
La publicidad, los descuentos y las redes sociales influyen directamente en el comportamiento del consumidor.
Durante diciembre, muchas personas sienten una fuerte presión para comprar más de lo necesario o gastar en productos que no estaban previstos.
A esto se añade la idea de que demostrar afecto implica adquirir regalos costosos o participar en actividades que requieren un desembolso importante.
Esta presión emocional hace que algunos consumidores gasten incluso cuando saben que su presupuesto es limitado.
Gastos habituales y sus cifras
La Navidad concentra varios tipos de gastos que, sumados, elevan considerablemente el gasto total. Entre los más comunes y sus costes aproximados se encuentran:
Regalos, que suelen representar la mayor parte del gasto, con una media de entre 200 y 350 euros por persona adulta.
Comidas y cenas especiales, que pueden costar entre 80 y 150 euros por reunión familiar, especialmente si incluyen mariscos, carnes premium o dulces típicos.
Decoración navideña, con un gasto medio de entre 30 y 60 euros, aunque en hogares que renuevan adornos cada año puede llegar a 100 euros.
Viajes y desplazamientos, cuyo coste varía entre 50 y 200 euros dependiendo de la distancia y el medio de transporte.
Actividades infantiles y eventos escolares, que suelen añadir entre 20 y 60 euros adicionales.
Escapadas de final de año, que pueden variar desde 150 euros por persona en destinos nacionales hasta más de 300 euros en viajes internacionales.
Cuando se suman todos estos gastos, no es difícil que el coste final de la Navidad rebase los 700 u 800 euros en muchos hogares.
Mayor uso de crédito en diciembre
Debido al aumento del gasto, diciembre es también el mes en el que más se utilizan las tarjetas de crédito. Según datos del sector financiero, el uso de tarjetas puede incrementar entre un 10 y un 15 por ciento durante estas semanas.
Además, los préstamos de pequeña cuantía o de aprobación rápida también experimentan un aumento notable. Para muchos hogares, el crédito se convierte en la única forma de cubrir gastos urgentes o compras ya comprometidas.
Cómo se genera el sobreendeudamiento
El gran problema aparece en enero, cuando termina la euforia navideña y llega el momento de asumir los pagos. Las familias se encuentran con recibos, cuotas y gastos ordinarios que no desaparecen.
A menudo, el dinero destinado a cubrir los primeros meses del año se ha consumido en diciembre.
Esto provoca que algunas personas recurran otra vez al crédito para compensar la falta de liquidez, iniciando así un ciclo de endeudamiento progresivo. Lo que empezó como un gasto extraordinario acaba convirtiéndose en un problema financiero duradero.
La demanda de financiación y el análisis de SuperDinero
SuperDinero, empresa especializada en comparar opciones de financiación y asesorar a los consumidores, observa cada año un aumento significativo de solicitudes de préstamos rápidos durante las semanas previas y posteriores a Navidad.
Muchas personas buscan cantidades relativamente pequeñas, entre 300 y 1.000 euros, para cubrir gastos festivos o afrontar el inicio del año.
Según su experiencia, una parte de estos préstamos se solicita por falta de planificación o por gastos que se dispararon más de lo previsto.
Evitar un crédito crunch personal
Cuando la deuda se acumula y el acceso al crédito se vuelve más difícil, las familias experimentan su propio crédito crunch. Los bancos pueden reducir límites, endurecer condiciones o bloquear nuevas solicitudes.
Para evitar llegar a este punto, es esencial elaborar un presupuesto realista, limitar las compras impulsivas y comparar opciones de financiación con herramientas. Con una planificación adecuada, es posible disfrutar de las fiestas sin comprometer la estabilidad económica del nuevo año.