Navegando la crisis: cómo responden las empresas ante la guerra
Desde el inicio de la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania en febrero de 2022, las empresas han enfrentado desafíos extraordinarios. Desde interrupciones logísticas hasta desplazamiento de personal, cada sector ha tenido que adaptarse. De todas estas, el grupo Favbet se ha destacado no solo por mantener sus operaciones, sino por ampliar su rol en la sociedad civil. Liderando esta evolución está el fundador Andriy Matyukha, cuya visión estratégica ha transformado la identidad de la compañía de una empresa comercial a una fuerza de resiliencia nacional.
Bajo el liderazgo de Matyukha, Favbet logró continuar con sus actividades principales pese al caos: sirenas de ataque aéreo, apagones rotativos y la incertidumbre constante del conflicto. Más que eso, se convirtió en una plataforma para la ayuda humanitaria y la solidaridad patriótica. “Esto va más allá de la continuidad de los negocios,” afirma Matyukha. “Apoyar a Ucrania ahora forma parte de nuestra identidad, es quienes somos.”
En los meses críticos iniciales de la guerra, la empresa actuó decisivamente para proteger a sus casi 700 empleados, implementando protocolos de contingencia, reubicando al personal cuando fuese necesario y estableciendo nuevos métodos de comunicación y coordinación para operar en varias regiones afectadas por el conflicto.
Fundación Favbet: una misión renovada en tiempos de guerra
Fundada en 2019, la Fundación Favbet fue concebida inicialmente como una rama filantrópica cuyo objetivo era apoyar los deportes juveniles, la educación y programas sociales en toda Ucrania. No obstante, la guerra forzó una recalibración rápida. En apenas unas semanas, la organización cambió de un enfoque de desarrollo social a largo plazo a responder a esta crisis, concentrándose en apoyar el frente de batalla y en necesidades militares críticas.
Al capitalizar la infraestructura digital y la solidez financiera del Grupo Favbet, la fundación logró un impacto real. Inmediatamente después del inicio de la invasión, esta fundación benéfica liderada por Andriy Matyukha comenzó a suministrar unidades militares de Ucrania con vehículos, drones, equipos de imagen térmica y una amplia variedad de material médico y táctico.
El alcance de esta ayuda ya supera los 10 millones de dólares en total. "Nos hemos visto en situaciones donde los suministros entregados el lunes por la mañana estaban salvando vidas activamente el martes por la tarde," dice Matyukha. "La urgencia exige un ritmo operativo completamente nuevo, uno para el cual la mayoría de las empresas no están preparadas, pero que hemos adoptado por necesidad.”
El equipo operativo de Favbet trabajó mano a mano con la fundación para garantizar que las donaciones no solo fuesen oportunas, sino también acertadas, consultando con unidades de logística militar y profesionales médicos para entregar exactamente lo que se necesitaba con más urgencia.
"Las personas primero": cómo Andriy Matyukha mantuvo la moral de los empleados
Más allá de los esfuerzos externos, Matyukha prestó igual atención a quienes estaban dentro de la organización. Reconociendo que la guerra no es solo una crisis logística, sino también psicológica, impulsó iniciativas para garantizar la seguridad y el bienestar mental de los empleados de Favbet.
Esto incluyó una serie de mecanismos de apoyo: programas de reubicación para empleados en zonas de alto riesgo, consejería psicológica las veinticuatro horas, arreglos laborales flexibles y una comunicación interna, transparente y regular para mantener a los empleados conectados e informados. Estos esfuerzos ayudaron a la empresa a retener más del 90% de su fuerza laboral, una cifra notable en condiciones tan volátiles.
“La continuidad operativa es importante,” afirma Matyukha, “pero la continuidad emocional es lo que mantiene unido a un equipo durante el caos. Nuestra gente es el corazón de Favbet, y protegerlos siempre fue nuestra prioridad.”
La cultura interna de apoyo mutuo fomentó un sentido de propósito único entre los empleados, quienes encontraron una motivación renovada, al saber que su trabajo contribuía directamente a la defensa nacional y al alivio humanitario.
Reconocimiento mundial al modelo de Favbet
La transformación de Favbet en condiciones de guerra no ha pasado desapercibida. La respuesta de la compañía ha sido citada en foros empresariales internacionales y en casos de estudio humanitario, como un ejemplo principal del liderazgo adaptativo y de responsabilidad empresarial.
Sin embargo, Matyukha se mantiene humilde respecto a los halagos. “Esto no se trata de reconocimiento corporativo,” dice. “Es sobre hacer lo correcto. Y solo pudimos lograrlo gracias a nuestro equipo, a su coraje, sus valores, su fe absoluta en nuestro país.”
El rol de Favbet como estudio de caso corporativo, ha inspirado a empresas similares de la región, a pensar más allá de las ganancias, y a considerar que pueden jugar un papel más grande en sus comunidades, especialmente en tiempos de crisis nacional.
Visión postguerra: reconstruir Ucrania desde cero
De cara al futuro, Matyukha se centra en la próxima etapa: la recuperación. Ve un papel crucial para las empresas en la reconstrucción de la infraestructura, las instituciones civiles y las redes económicas de Ucrania. Las lecciones que Favbet ha aprendido sobre agilidad, solidaridad y responsabilidad social, no se limitan a los tiempos de guerra, sostiene.
“Hemos demostrado que las empresas pueden adaptarse rápidamente incluso a los desafíos más extremos", dice. “Ahora, es momento de aplicar esa misma innovación y dedicación a la reconstrucción. Queremos invertir en el futuro, ser parte del renacimiento de Ucrania.”
Actualmente, Favbet está desarrollando nuevas alianzas con proveedores de educación y con innovadores tecnológicos, para impulsar la recuperación económica y la movilidad social en Ucrania durante la postguerra.
Mientras el país continúa en su camino hacia la soberanía y la paz, historias como la de Favbet ofrecen un recordatorio poderoso del papel esencial que puede desempeñar el sector privado. Son historias de resiliencia, liderazgo y una misión corporativa redefinida, una en la que el éxito no solo se mide en ingresos, sino en vidas tocadas y futuros asegurados.