Una ciudad para descubrir, a un paso de León, es sin duda Zamora. Su situación privilegiada hace que sea un punto estratégico turístico y de comunicación por su cercanía a la frontera de Portugal, por formar parte de la Vía de la Plata y por ser considerada como obligada parada para los peregrinos del Camino de Santiago. Esta bella ciudad tiene un amplio abanico de posibilidades turísticas, algunas ya conocidas y otras por descubrir.
Es conocido que Zamora cuenta con su singular casco antiguo considerado conjunto histórico-artístico desde 1973. Esta ciudad se alza sobre una amplia meseta rocosa conocida como la ‘Peña Tajada’, de la que habla el Romancero Viejo, emplazado al borde del río Duero, que la ciñe por el sur. Para los amantes del románico diríamos que sobresale su conjunto de edificios románicos, formado por los 23 templos del término municipal y las 14 iglesias del casco histórico, datos que sitúan a Zamora como la ciudad de mayor número y calidad de templos románicos de Europa. Este patrimonio románico consta, además de la Catedral, de un castillo, murallas, un puente, dos palacios y nueve casas, razón por la cual Zamora está considerada ‘la ciudad del Románico’.
Pero Zamora no es sólo un museo románico, es muy interesante también recorrer su ruta por el extraordinario conjunto arquitectónico que sobresale por la alta y rotunda calidad de sus obras modernistas. Vivió un importante desarrollo urbanístico y arquitectónico desde mediados del siglo XIX, cuyo punto culminante fue la etapa modernista. Por ello cuenta con su propia ruta Europea del modernismo, debido a que está al nivel del que encontramos en las grandes capitales europeas.
Dentro de las numerosas posibilidades que ofrece, destaca el hecho de que es un destino ideal para acoger la celebración de reuniones y congresos. La calidad de sus infraestructuras, salas de todo tipo y tamaños, su amplia y variada industria turística preparada para dar un completo servicio a la organización de cada evento, su estratégica localización geográfica y la importante oferta cultural complementaria son las principales razones que sustentan esta realidad. Podemos hablar, además, de una capacidad de alojamiento de más de 700 plazas en hoteles de cuatro y tres estrellas, y 70 plazas en hoteles de cinco estrellas.
No podemos olvidarnos del interesante museo ‘Baltasar Lobo’, sito en la antigua Casa de los Gigantes. Museo de escultura contemporánea dedicada a Baltasar Lobo Casquero, escultor zamorano, en él se exponen esculturas, pinturas, bocetos y material de trabajo del artista.
Así mismo, la Concejalía de Turismo ha desarrollado una nueva iniciativa que forma parte del programa de promoción del río Duero a su paso por la ciudad, y que complementa la barcaza de paso entre las aceñas de Olivares y la playa de Los Pelambres. Este nuevo atractivo no es otro, sino, cinco embarcaciones para el disfrute recreativo de ciudadanos y visitantes. Son unos pequeños navíos de madera con capacidad para unas cuatro personas que estarán a disposición de quienes lo deseen en las aceñas de Olivares. Desde allí se podrán surcar y navegar las aguas fluviales.
Es conocido que Zamora cuenta con su singular casco antiguo considerado conjunto histórico-artístico desde 1973. Esta ciudad se alza sobre una amplia meseta rocosa conocida como la ‘Peña Tajada’, de la que habla el Romancero Viejo, emplazado al borde del río Duero, que la ciñe por el sur. Para los amantes del románico diríamos que sobresale su conjunto de edificios románicos, formado por los 23 templos del término municipal y las 14 iglesias del casco histórico, datos que sitúan a Zamora como la ciudad de mayor número y calidad de templos románicos de Europa. Este patrimonio románico consta, además de la Catedral, de un castillo, murallas, un puente, dos palacios y nueve casas, razón por la cual Zamora está considerada ‘la ciudad del Románico’.
Pero Zamora no es sólo un museo románico, es muy interesante también recorrer su ruta por el extraordinario conjunto arquitectónico que sobresale por la alta y rotunda calidad de sus obras modernistas. Vivió un importante desarrollo urbanístico y arquitectónico desde mediados del siglo XIX, cuyo punto culminante fue la etapa modernista. Por ello cuenta con su propia ruta Europea del modernismo, debido a que está al nivel del que encontramos en las grandes capitales europeas.
Dentro de las numerosas posibilidades que ofrece, destaca el hecho de que es un destino ideal para acoger la celebración de reuniones y congresos. La calidad de sus infraestructuras, salas de todo tipo y tamaños, su amplia y variada industria turística preparada para dar un completo servicio a la organización de cada evento, su estratégica localización geográfica y la importante oferta cultural complementaria son las principales razones que sustentan esta realidad. Podemos hablar, además, de una capacidad de alojamiento de más de 700 plazas en hoteles de cuatro y tres estrellas, y 70 plazas en hoteles de cinco estrellas.
No podemos olvidarnos del interesante museo ‘Baltasar Lobo’, sito en la antigua Casa de los Gigantes. Museo de escultura contemporánea dedicada a Baltasar Lobo Casquero, escultor zamorano, en él se exponen esculturas, pinturas, bocetos y material de trabajo del artista.
El río Duero
El río Duero, «padre Duero, el río duradero fundador de ciudades» como lo describe el poeta Claudio Rodríguez, es un tesoro imprescindible para conocer Zamora. Para contemplarlo, lo mejor asomarnos desde la Puerta del Obispo o desde alguno de los miradores del casco antiguo como el del Troncoso, muy cerquita de la calle del mismo nombre. Y desde lo alto podremos descubrir el Puente Románico, una joya cuyos ojos han visto pasar siglos de historia y crecidas. Este año es el protagonista de diversas acciones de promoción, entre las que destaca la reciente exposición permanente denominada ‘Mola Aquaria’, ubicada en las aceñas de Olivares. Una exposición que abarca distintos aspectos en torno al mundo de la aceñas; su papel en el desarrollo urbanístico de la ciudad, su importancia como fuente de energía para el ser humano y como motor de la economía en la ciudad, en cuyas cercanías se asentaron los gremios que aprovecharon el curso del agua para el desarrollo de su trabajo, además de su especial relevancia como auténticos artificios de ingeniería hidráulica.Así mismo, la Concejalía de Turismo ha desarrollado una nueva iniciativa que forma parte del programa de promoción del río Duero a su paso por la ciudad, y que complementa la barcaza de paso entre las aceñas de Olivares y la playa de Los Pelambres. Este nuevo atractivo no es otro, sino, cinco embarcaciones para el disfrute recreativo de ciudadanos y visitantes. Son unos pequeños navíos de madera con capacidad para unas cuatro personas que estarán a disposición de quienes lo deseen en las aceñas de Olivares. Desde allí se podrán surcar y navegar las aguas fluviales.