El Colegio de Gestores Administrativos de Castilla y León, hemos cumplido 90 años desde su creación (31-05-1935). Nuestro ámbito colegial, abarca siete de las nueve provincias de la Comunidad Autónoma, con excepción de Ávila y Segovia, que pertenecen al colegio de Madrid. Nuestra sede se encuentra ubicada en Valladolid y, en cada una de las provincias, hay una delegación.
Como presidente y leonés, me preocupa León y su provincia, que afronta hoy retos estructurales y coyunturales. Desde la crisis de la minería hasta una economía basada cada vez más en pequeñas empresas, pasando por el fenómeno socioeconómico más persistente y complejo del país, con un progresivo despoblamiento de amplias zonas rurales, especialmente en el interior peninsular, que ha provocado un desequilibrio territorial profundo entre el campo y la ciudad, la denostada ‘España vaciada’, de los que son responsables indirectos los políticos y directamente los gobiernos y partidos de diferentes épocas que no priorizaron políticas rurales sostenidas y coherentes.
León es una provincia que ha sabido resistir los cambios, pero que necesita una hoja de ruta clara para reinventarse. El Bierzo y Laciana, han sufrido de forma directa el impacto del cierre minero. Desde 2007, la comarca ha perdido 15.000 habitantes y 7.000 cotizantes a la seguridad social. El cierre de las minas y centrales térmicas dejó un vacío económico que aún no se ha llenado.
León tiene una economía desigual y una baja participación laboral. Arrastra una de las tasas de actividad más bajas de España (49,3 %). La Capital y algunos polos industriales muestran cierta recuperación, pero muchas comarcas rurales permanecen estancadas.
La provincia de León ha pasado de 523.000 habitantes en 1983 a 447.000 en 2024, una pérdida de 80.000 personas en cuatro décadas. La emigración juvenil y el envejecimiento de la población dejan pueblos vacíos y economías locales debilitadas. El reto no es solo repoblar, sino reactivar el territorio con servicios, conectividad, vivienda asequible y empleo local. La despoblación es el síntoma visible de un problema estructural.
Según datos del INJUVE, en junio de 2025 había 19.697 jóvenes leoneses desempleados. Aunque la cifra mejora respecto a principios de año, sigue siendo alta en una provincia que forma talento, pero no consigue retenerlo.
El paro juvenil ronda el 25 % en la comunidad. Los jóvenes demandan empleo estable, innovación, y oportunidades de emprendimiento ligadas al entorno rural, donde la ‘España vaciada’ sigue siendo una amenaza palpable.
La comarca necesita una política industrial realista, orientada a diversificar la economía y retener población. No obstante, la inversión privada y la digitalización aún avanzan con lentitud, lo que limita el crecimiento a medio plazo. Innovación e I + D: la apuesta de futuro Castilla y León ha experimentado un crecimiento del 20,3 % en innovación desde 2018, liderando este indicador entre las comunidades del país.
León busca un nuevo equilibrio entre tradición y futuro. La provincia más extensa de Castilla y León afronta un cambio profundo: el fin de la minería, la despoblación rural y la pérdida de autónomos contrastan con el auge de la innovación, la inversión pública y las oportunidades que ofrece su entorno. El reto: no rendirse, sino transformarse.
León, es una provincia que puede y debe apostar por sí misma. A corto plazo, necesita reforzar la continuidad de autónomos y pymes, apostar por la formación y facilitar el emprendimiento joven. A medio plazo, debe consolidar un modelo económico sostenible que combine innovación, industria y territorio. El potencial existe: infraestructuras, talento, calidad de vida y una identidad fuerte.
Pero el futuro dependerá de algo más que subvenciones: de una voluntad política y social de creer en León.