En la montaña leonesa, en Boca de Huérgano, se ubica el torreón señorial de los Tovar, fechado en la segunda mitad del siglo XV. Se trata de la fortaleza de los señores de Tierra de la Reina, una construcción de planta rectangular asentado sobre un zócalo de cimentación más ancho, cuatro plantas y muros de mampostería. La Edad Media marcó una etapa importante en la historia del municipio, momento del que hereda la denominación de Tierra de la Reina, desde que la reina Dña. Berenguela de Castilla recibiera estas tierras como dote por su boda con Alfonso IX, rey de León, a finales del siglo XII.
La torre de los Tovar fue construida a finales del siglo XIV con la creación del señorío de Tierra de la Reina. En 1371 Enrique II de Trastamara donó el señorío a su sobrino Alfonso Enríquez, hijo de don Tello. Juan Tovar fue el cuarto poseedor del señorío por matrimonio. Los franceses quemaron el pueblo y el palacio del que formaba parte el torreón, permaneciendo éste en ruinas desde entonces hasta su restauración en 2012, procediéndose a la recuperación de la espadaña del campanario, fachadas y contrafuertes, y la ejecución de un drenaje exterior para evitar humedades.
El torreón, de planta cuadrangular y muros de casi un metro de grosor, exhibe en su fachada suroeste el escudo de armas de Castilla y León. La excavación arqueológica realizada en el patio de armas sacó a la luz nuevos restos de la fortaleza.
Actualmente, el Torreón de los Tovar es un centro vivo, un espacio expositivo y cultural abierto a acoger diferentes actividades a lo largo del año.
Los castillos de Siero y Portilla de la Reina
El Torreón de los Tovar no es la única fortaleza que hubo en el municipio, donde también se emplazaron castillos en Portilla y Siero de la Reina. El castillo de Portilla, del que prácticamente ya no quedan vestigios, se menciona la igual que el de Siero de la Reina en diferentes tratados de paz entre los reinos de Castilla y León, como los de Medina de Rioseco en 1181, Tordehumos en 1194 y Cabreros en 1206, entre otros. El Castillo de Siero se encuentra a 1.300 metros de altitud sobre un elevado cono, conocido por el Castiello, al sureste de la localidad de Siero de la Reina. Fue construido para defender la frontera entre los Reinos de León y Castilla, y aparece documentado en los siglos XII y XIII, siendo una de las fortificaciones que se citan con motivo de los conflictos fronterizos entre los reinos de Léon y Castilla. La construcción principal está formada por un recinto rectangular en cuyo interior pueden apreciarse una serie de compartimentos, actualmente colapsados por el derrumbe de los materiales de construcción. A comienzos del siglo XIII, con Fernando III, se unificarían los reinos de Castilla y León, y a partir de ese momento la importancia del castillo de Siero como centro de control del territorio se fue reduciendo.