La Encina: un viaje por la historia y la tradición de Ponferrada

Suplemento especial de las fiestas de la Encina de la capital del Bierzo

29/08/2025
 Actualizado a 29/08/2025
Procesión de la patrona durante una de las celebraciones realizadas en Ponferrada. | ICAL
Procesión de la patrona durante una de las celebraciones realizadas en Ponferrada. | ICAL

Las fiestas de la Encina, celebradas cada septiembre en Ponferrada, son mucho más que una festividad: son un reflejo de la historia, la cultura y la identidad del Bierzo. Su origen se remonta al siglo XIV, cuando la Virgen de la Encina fue proclamada patrona de la ciudad. Según la tradición, la talla original estuvo escondida en un tronco de encina para protegerla durante la Reconquista, lo que dio nombre a la celebración.

A lo largo de los siglos, las fiestas han combinado lo religioso con lo popular. Desde sus inicios, las calles se llenaban de puestos de artesanos y comerciantes de toda la comarca, creando una feria que ofrecía productos como tejidos, hierro forjado, vinos y alimentos locales. Las procesiones en honor a la Virgen, acompañadas por cirios y faroles, se convirtieron en un espectáculo de luz y devoción que ha perdurado hasta la actualidad.

Los desfiles de gigantes y cabezudos, con más de 200 años de historia, representan figuras de la nobleza y personajes locales inspirados en leyendas bercianas. La música tradicional, con bandas de gaitas y tamboriles, ha sido protagonista de la festividad desde hace más de un siglo, y hoy se suman agrupaciones llegadas de Galicia, Asturias y León, manteniendo viva la riqueza musical de la región.

La gastronomía también juega un papel central en las fiestas de la Encina. Platos típicos del Bierzo, como el botillo, se combinan con los vinos locales, presentes en la celebración desde el siglo XIX, ofreciendo a vecinos y visitantes una experiencia que une historia y sabor.

A lo largo de su historia, las fiestas han sido testigo de momentos difíciles. Durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil española, la Virgen de la Encina se convirtió en un símbolo de protección y las celebraciones se adaptaron a las circunstancias, manteniendo siempre la unidad de la comunidad.

Hoy, las fiestas de la Encina conservan su esencia religiosa, pero se han transformado en un evento abierto a todos los públicos. Con conciertos, actividades deportivas, talleres culturales y espectáculos infantiles, la festividad atrae a jóvenes y mayores, consolidándose como uno de los momentos más importantes del calendario cultural del Bierzo.

Lo más leído