La experiencia del enoturismo en las bodegas de la DO León puede comenzar por los viñedos para poner inicialmente el foco en la materia prima, en esas variedades de uvas autóctonas que hacen de los vinos del sur de la provincia un producto tan exclusivo. El viaje por ellas sigue en la bodega donde inician un proceso de elaboración en el que a día de hoy se mantienen técnicas de antaño que maridan a la perfección con las nuevas tecnologías. Los grandes depósitos y las coquetas cubas donde los vinos van cogiendo cuerpo con el paso del tiempo se reparten por las estancias antes de llegar a la línea de embotellado, un periplo en el que embriagarse con los olores del vino convierte la visita en una experiencia para todos los sentidos. Tocar la tierra, ver los colores del vino, oler los aromas que arroja durante su elaboración, escuchar su historia y... Falta el gusto, ese con el que se culminará la visita probando un vino que ya no será lo mismo de ese momento en adelante pues ahora conoces todos los secretos que lo convierten en especial.
Vile La Finca, Gordonzello, Pardevalles, Fuentes del Silencio, Solotero, Meóriga, Vitalis, Casis, Belote y Julio Crespo son las bodegas de la DO León que cuentan con planes predefinidos de turismo enológico. Una llamada para concertar la cita en cualquiera de ellas es la oportunidad para conocerlas de primera mano. Recientemente muchas de estas instalaciones se han sometido a importantes transformaciones adaptando sus espacios a la posibilidad de celebrar dentro de ellas mucho más que una visita con la familia, los amigos o los compañeros de trabajo creando incluso espacios para celebrar eventos. Y todo en el entorno de la cultura del vino, esa que la DO León y sus bodegueros atesoran y comparten.
