La ruta santiaguista por excelencia, el Camino Francés, lleva al caminante al municipio de Valdefresno dentro de la etapa que une Mansilla de las Mulas con León. Paso a paso, y a través de las tierras de La Sobarriba, el peregrino se adentra en un paisaje y paisanaje marcado por la tranquilidad, por el sencillo patrimonio y por las construcciones autóctonas marcadas por el adobe y el ladrillo a lo largo de los 8 kilómetros. Pero, también vivirá el cambio en el horizonte entre el paisaje rural y el industrial que da paso a la capital leonesa. En Valdefresno, el Camino atraviesa dos de sus pedanías: Arcahueja y Valdelafuente, asomándonos al Alto del Portillo, nos ofrece atalaya desde la que poder contemplar la ribera del río Torío y el caserío de León.
Pasado y presente se funden en la pequeña localidad de Arcahueja, dónde el peregrino podrá admirar la arquitectura tradicional y la urbana, que se intercalan mostrando tanto edificaciones modernas como otras con tintes del sur de la provincia. Dentro del patrimonio destaca la iglesia parroquial de Santa María. La localidad dispone de un albergue para peregrinos, de titularidad privada, así como rincones para descansar tras una larga caminata como el lavadero del pueblo, o la plaza principal con su fuente y árboles para ‘refugiarse’ del calor en los días estivales.
La otra localidad del municipio marcada por el Camino es de Valdelafuente, que es mencionada ya en el año 1119 en el Cartulario de Eslonza. Dispone de un local de descanso para peregrinos y vecinos. Al final del casco urbano de Valdelafuente se encuentra la iglesia de San Juan Bautista. Existe un crucero de construcción reciente, a la altura de la fuente del caño del Portillo, que recuerda al que se trasladó a la plaza del Hostal de San Marcos en la capital leonesa, con la imagen del Arcángel.