En el puente... Villarente

Para atravesar el río Porma, analizamos uno de los puentes más antiguos del territorio leonés, que fue reconstruído y por el que todavía circula un gran número de vehículos a diario

Luis Solera Selvi
12/08/2017
 Actualizado a 19/09/2019
Fue ensanchado en varias ocasiones para soportar el aumento de tráfico, sobre todo de camiones. | Luis Solera Selvi
Fue ensanchado en varias ocasiones para soportar el aumento de tráfico, sobre todo de camiones. | Luis Solera Selvi
Seguimos viajando hacia el occidente leonés por el Camino de Santiago y nos encontramos con el río Porma y su bello puente. Es una de las estructuras pontoneras más antiguas del territorio leonés cuya fundación se pierde en la noche de los tiempos. Se sitúa claramente en la mítica Vía III del Itinerario Antonino, una especie de Guía Michelín que utilizaban los viajeros hispano-romanos en el siglo III de nuestra era. Por esta calzada también se accedía a la antigua civitas de Lancia.

Es muy probable que de aquellos tiempos romanos queden huellas en la cimentación de algunas pilas, sillares desperdigados en diferentes zonas y el arquillo que actualmente se encuentra semienterrado en hormigón junto a un estribo. Fue en el Medievo cuando se debió de reconstruir en su totalidad y existen algunas referencias de esa época, especialmente en los comentarios viajeros que hizo Aymeric Picaud -Codex Calixtinus- sobre su camino de peregrinación a Santiago de Compostela en el año 1.123 donde fija su atención en este puente y señala su fortaleza y soberbia construcción.

A lo largo del siglo XVI se documentan diferentes reparos y actuaciones sobre esta obra civil. También se adecentó para hacer más cómodo el viaje a León del rey Felipe III que debió de cruzarlo hacia el año 1.602.En pleno siglo XVIII y según aportan los apuntes de viajeros ilustres que lo cruzaron, como es el caso de Antonio Ponz o el ministro Jovellanos, el puente seguía encontrándose en muy mal estado y así siguió hasta el año 1.816 fecha en la que el arquitecto Fernando Sánchez Pertejo lo rehabilita pero el río Porma era indomable en momentos de grandes y destructoras avenidas y muy pronto, en 1.834 se encontraba la estructura muy dañada.

El asunto se solventó a base de vigas de madera para salvar los arcos arruinados y así permaneció hasta el año 1.883 año en que se arregla definitivamente incorporando dos nuevos arcos en la cabecera izquierda del puente. Mediado el siglo XX y debido al aumento de tráfico, especialmente de vehículos pesados, se decide ensanchar el tablero con voladizos de hormigón armado en ambas caras del puente, permitiéndose una mayor fluidez en el tránsito cruzado de toda clase de vehículos.

En síntesis, se puede afirmar que el núcleo central de la estructura es medieval y en el flanco derecho se aprecia obra renacentista y barroca. La cabecera izquierda es genuinamente contemporánea con la incorporación de los dos nuevos arcos construidos en 1883.

Es un puente largo, con 200 metros de longitud y una trayectoria un tanto zigzagueante, que obedece en parte a las diferentes reconstrucciones. La anchura es de 12 metros, siendo para calzada 11 metros y el resto para estrechos viales peatonales. La disposición del antiguo tablero medieval era a dos aguas y aunque se han producido rectificaciones en los últimos siglos, sigue siendo ligeramente curvo. Dispone de 17 vanos con arcos mayoritariamente de medio punto aunque también los hay ojivales y un par de ellos muy rebajados. En la actualidad, el cauce transcurre exclusivamente por los dos primeros arcos de cabecera izquierda que, como ya he dicho, son los contemporáneos.

En general, la obra de cantería en bóvedas es precisa y minuciosa, por el contrario, en paramentos y estribos es más irregular. Se utilizó piedra arenisca, algo de caliza, toba y canto rodado. Aunque abunda el sillar, hay zonas con fábrica de sillarejo y mampostería. Su estado de conservación es deficiente y atendiendo a su estatus de monumento, sería deseable que se eliminara la moderna canaleta oxidada y rota adosada al puente, se repusieran sillares desaparecidos y se actuara sobre algunos tajamares y espolones sensiblemente dañados. No existe señalización de tráfico sobre la obra y se echa en falta un panel informativo junto al puente que ilustre al visitante sobre su historia y vicisitudes.

Se encuentra situado en el punto kilométrico 315 de la carretera nacional N-601 junto al pueblo de Puente Villarente en la comarca denominada de Sobarriba.
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