Podemos: la cara y cruz viven juntas

Son de esas situaciones que no se pueden definir. Hay alegría pero... Se revalida el escaño pero... Era lo que ocurría este domingo en la sede de Unidos Podemos; la actitud de la número 1 por León, Ana Marcello, era la mejor definición de lo apuntado. Su escaño jamás corrió peligro y sin embargo la joven babiana no mostraba un rostro exultante. Sentada tranquilamente seguía los datos nacionales y algunas de las cosas que musitaba denotaban la preocupación por los resultados nacionales. Cuando en la tele, otra vez La Sexta y Ferreras, comentó que en la sede nacional se celebró que los datos les daban un salto de 70 a 71 escaños ella comentó: "Ya te digo".

Nada que ver el ambiente de ayer con el que se vivió en las elecciones de diciembre, donde cada dato era celebrado y la confirmación del escaño fue acogida con "una gran celebración", como un éxito histórico. Ayer nadie se preguntó por el escaño, no corría peligro, no se arremolinaron los familiares y cercanos. Marcello respondía a los mensajes y armaba un discurso oficial para la prensa al llegar al 100%: "León pedía un cambio en diciembre y lo ha vuelto a hacer ahora, hemos revalidado el escaño y, aunque los datos nacionales no son los esperados, se demuestra que seguimos caminando hacia un cambio, que vamos despacio porque vamos muy lejos".

La concejala leonesa María Hernández es quien llevaba a la sala, una vez más, la cara positiva y optimista, la sonrisa no exenta de críticas hacia algunos comportamientos en la campaña. Marcello apuntaba otra reflexión: "Si estos datossignifican que ha triunfado la campaña del miedo entonces sería muytriste".

Llegan los fotógrafos y Marcello sonríe. Llegan las cámaras y todos juntos entonan el «sí se puede» con fuerza. Aplauden los seguidores cuando dice que "la lucha sigue, que el matrimonio con IUes fuerte y sólido". Santi Ordóñez sonríe...A los 10 minutos de irse los medios de comunicación los más fieles teorizan. "No se puede protestar por lo que hay y marchar al campo", "estamos donde estábamos", "no es país para valientes". 

De cuando en vez se repite un coro de "sí se puede" y alguien me pregunta a mí: "¿Y ahora?". Pues, una cerveza.