Bernardo Camba reconoce que la literatura siempre la ha vivido como una pasión y no como una profesión. «Si quieres hacerte rico es a condición de que abandones la literatura», señala Camba, para quien escribir tiene algo de adicción y en su caso la literatura le proporciona una energía vital que es más importante que el dinero. «No solo es alimentar el cuerpo sino también el espíritu», argumenta este berciano que a los 17 años ingresó en el Ejército, alcanzando el grado de oficial, y que realizó estudios en la Escuela de Defensa antiaérea en los Estados Unidos de Norteamérica. «Me hubiera gustado ser periodista, aunque ahora comprendo que hubiera sido un error porque los periodistas lo tenéis muy difícil. Incluso durante mi estancia en Estados Unidos escribí algún artículo en un periódico que teníamos que se llamaba El Español y algunos otros en inglés, pero en cualquier caso la escritura me la empecé a tomar más en serio hace catorce años con la publicación en la Editorial Hontanar de ‘Hay que restaurar la sonrisa’, cuyo éxito propició una reedición dos años más tarde por parte de Lobo Sapiens».Preguntado si como autor se suele proyectar en los personajes de sus libros, Bernardo Camba responde que si quieres conocer bien a una persona que escribe nada mejor que leer sus novelas. «El escritor siempre vierte mucho de su personalidad, de sus conocimientos y de la vida que ha llevado en sus libros, aunque en este caso tampoco se puede decir que el protagonista masculino de ‘El corazón nunca envejece’ tenga demasiado que ver conmigo», aclara el autor, para quien el tema principal de su última novela es el sexo, «un sujeto bastante complicado y polémico, aunque precisamente eso es lo que lo hace interesante», sostiene Camba, al que pregunto cómo es su tratamiento del sexo al tratarse de personajes que ya han superado la barrera de los sesenta.
«Normalmente para mí el sexo muere con la persona. El sexo a la edad de sesenta o más años es algo que sigue vivo y me parece interesante porque normalmente pensamos que la gente mayor se va a la cama a dormir y no hay duda que el sexo puede aminorarse con la edad, pero el disfrute es el mismo tanto en el hombre como en la mujer. Al menos es lo que yo he llegado a comprender por un montón de razones», argumenta el escritor berciano, para quien la práctica normal del sexo en este periodo de la vida tiene más que ver con la salud que con la edad.
A la hora de trasladarlo al lenguaje literario, Bernardo Camba he hecho uso de un lenguaje común para que lo entienda todo el mundo. «Normalmente mi literatura está al alcance de todos. No me gusta escribir para minorías intelectuales porque soy de la opinión de que la cultura debe abarcar a todo el mundo y a veces encontramos cultura precisamente en lo que muchos piensan que a lo mejor no es cultura, pero cultura es todo, quiero decir el ‘background», destaca el autor, que no calificaría ‘El corazón nunca envejece’ de novela erótica. «Cualquiera puede interpretar y entender las cosas dentro de su capacidad, porque, como te decía, suelo escribir para el que tiene incluso un conocimiento más limitado. Fuera de alguna que otra expresión, mi lenguaje es bastante común», concluye.