El Mirador de Cubillos

La propuesta de María y Pedro Fernández es un proyecto amplio, enmarcado en un conjunto de acciones de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Valentín Carrera
08/06/2020
 Actualizado a 08/06/2020
Vista del proyecto planteado.
Vista del proyecto planteado.
El Bierzo, esa tierra en fase 2,5, a la que solo se puede llegar bajando, y de la que solo se pueda salir, subiendo, tiene varios miradores naturales espléndidos. Quizás el mirador de Corullón sea el más conocido: permite contemplar todo el valle hacia el naciente, desde el oeste, y saborear los tonos de verde que van acariciando las laderas, desde las cumbres hasta la orilla de los ríos que allí se juntan y se besan, al pie de Corullón. Un buen sitio para declarar el amor, según ‘Ponferrada hoy’.

Otro mirador global es el del Castro de la Ventosa, en Pieros, donde los romanos construyeron las murallas de Bergidum Flavium, similares a las de Lugo (patrimonio de la Humanidad, muy bien conservadas, mientras las del Bierzo siguen sepultadas bajo el peso de toneladas de tierra, ignorancia y desidia). Desde el Castro Bergidum, también se divisa la comarca circular, con las viñas verdes o doradas, según la estación, enredando sus sarmientos por las colinas. Fue el Castro preferido de Enrique Gil.

También están el mirador de Lombillo y el de la Peña de Congosto, el pico de la Aquiana, a vista de águila; y por supuesto Catoute, las crestas de Ferradillo, el castillo de Cornatel y el mirador de Santalla, con toda la vega del Sil a los pies. Todos ellos son atalayas en las que la vista se relaja y distrae, y el corazón de los bercianos -y de nuestros visitantes- se ensancha al contemplar la belleza de la comarca a la que solo se puede llegar bajando…

Pero quizás nos falte un mirador introspectivo, un punto de vista que nos haga reflexionar sobre nuestra reciente historia: podría ser la espantosa torre de la Rosaleda, ese ciprés urbanístico, devanado a sí mismo en loco empeño, testigo de un tiempo en el que todos éramos mu finos y mu ricos, y los más tontos del pueblo hacían relojes. Queda descartado por su fealdad.

Ese mirador introspectivo es la chimenea de Cubillos: ya sé que dicho así, sin anestesia, parece un disparate; pero dos bercianos entusiastas, Pedro Fernández Andrés y María Fernández Muiños, padre e hija, han diseñado un proyecto apasionante y viable: adaptar la chimenea de los grupos 1, 2 y 3 de Compostilla (290 metros de altura) con ascensor y miradores seguros para su explotación turística por parte del ayuntamiento de Cubillos del Sil.

Ahora que Endesa solicita ideas y proyectos innovadores para reemplazar a la vieja central térmica y dar nueva vida, utilidad y funciones a sus vastos terrenos en Cubillos, es de agradecer que dos ciudadanos emprendedores tomen la iniciativa de proponer ideas frescas. La propuesta de María y Pedro Fernández no es una ocurrencia: en un proyecto amplio, bien razonado, los autores enmarcan el mirador de Cubillos en un conjunto de medidas y acciones de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 2030), que los lectores de La Nueva Crónica que siguen esta página conocen por las 17 entregas monográficas.

Aviso a lectores frívolos y apresurados: no es (solo) un mirador lo que se propone. La propuesta es un Proyecto de Sostenibilidad «para hacer frente al actual problema de despoblación, desindustrialización y pérdida de empleo que está sufriendo el municipio de Cubillos, y el resto del Bierzo, desde hace más de diez años». Por tanto, sugiero a Endesa, a la Ciudad de la Energía, al Ayuntamiento de Cubillos, a la Mesa por el Bierzo, y a todos los agentes sociales implicadas en la transición ecológica, que estudien y valoren este proyecto con el máximo interés. En estos momentos hay sobre la mesa ayudas europeas y estatales para afrontarlo. Quizás Endesa deba dar el primer paso, desde su responsabilidad histórica con El Bierzo: igual que se hizo en Ponferrada con La Fábrica de la Luz-Museo de la Energía, dar un nuevo uso simbólico y limpio a las raídas chimeneas de Compostilla, enviaría un mensaje claro de renovación y futuro, de creatividad y vanguardia. Donde había humo tóxico, contaminación y enfermedades respiratorias, tenemos un nido de cigüeñas virtual, un observatorio astronómico, un nuevo mirador del Bierzo: otro lugar hermoso donde declarar el amor. La primavera avanza.
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