El fútbol sala como vía para luchar contra la exclusión

Como cada año desde hace 20, el programa de prevención de drogas a través del deporte reunió a jóvenes dos veces por semana en el Gumersindo

J.C.
24/05/2022
 Actualizado a 24/05/2022
El grupo de jugadores que ha participado este año en el programa, con Luis Ballesteros en el Reino. | L.N.C.
El grupo de jugadores que ha participado este año en el programa, con Luis Ballesteros en el Reino. | L.N.C.
Hace 20 años, justo después de que el exjugador de la Cultural Luis Ballesteros acabara de dejar el fútbol, el que fuera presidente de Baloncesto León Miguel Llamazares le propuso poner en marcha un novedoso programa destinado a usar el deporte como vía para luchar contra la exclusión.

Dos décadas después el que se denominara programa Isema, que pone en marcha el Ayuntamiento para la prevención del consumo de drogas, sigue a pleno rendimiento, teniendo ahora como refleja Ballesteros «algún chico que es nieto de otro que tuve en los primeros años».

Integrar en la sociedad a través de la práctica deportiva es lo que persigue esta actividad, donde participan una veintena de chicos que van desde los 11 hasta los 20 años, y que dos veces a la semana entrenan en el pabellón Gumersindo Azcárate, si bien para echar el cierre a la temporada de una manera especial la última sesión la han realizado en un escenario diferente y especial como es el césped del Reino de León.

«La actividad no es obligatoria, pero vienen muchos. Yo no catalogo por buenos y malos, sino por los que vienen o no, por temas que intentamos inculcar como la puntualidad... luego en otras actividades que hacemos, como por ejemplo este año que ha habido descenso de cañones o visita de cuevas, si hay límite de personas se escoge así», explica Ballesteros, que cuenta cómo la intención es «hacer entrenamientos amenos para todo el mundo y enganchar a cuantos más mejor, además abogo por que sigan yendo a las Escuelas Deportivas y por eso lo nuestro es martes y jueves, que en ellas entrenan lunes y viernes».

Y además, dada su gran relación con la Cultural, les lleva a jugadores para que charlen con ellos («el año de Segunda a Señé, Buendía, David García y Carcelén, mira qué cuatro...») o a entrenar al Reino, «que es algo que les hace mucha ilusión», entre otras actividades «como un partido en la cárcel en junio».
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