El carácter del mastín

Por David Rubio

David Rubio
08/06/2023
 Actualizado a 08/06/2023
elecciones-municipales-08062023.jpg
elecciones-municipales-08062023.jpg
El recurso anunciado por Vox sobre sus votos nulos en León de las pasadas elecciones municipales, que no cambiará las cuentas para hacer pactos (lo único para lo que puede servir es para que se coloque como concejal otro fanático), retrasará la investidura del Ayuntamiento de León para primeros de julio y la de la Diputación para finales. Eso supone que nuestros representantes políticos tendrán más tiempo para elucubrar, lo que combinado al adelanto de las generales compone el escenario perfecto para una batalla campal que va a hacer mucho ruido. Como siempre, el fuego cruzado no será ni la mitad de dañino que el fuego amigo. Habrá tres tiempos, como en el rugby: el primero para elegir las listas de quienes se presentarán al Congreso y al Senado, el segundo para cerrar pactos que permitan las investiduras de casi todos los ayuntamientos y el tercero, a modo de prórroga, la batallona de la Diputación, cuya investidura puede coincidir con el cierre de la campaña electoral de las generales. Un batiburrillo que hará que muchos electores desconecten mientras florecen todo tipo de rumores sobre si Fulanito se lleva mal con Menganito entonces no van a pactar (ninguno inocente) y todos tratarán de hacer bueno el refrán de «a río revuelto...».

Diputación


El PP tiene más diputados (11); el PSOE (10), una vez que ha asumido que tendrán que sacrificar a Eduardo Morán, no pierde la esperanza; y UPL (3) dice que quiere la presidencia. Lo dice con la boca pequeña, con la misma boca pequeña con la que pide la Alcaldía de León (el alcalde les repitió ayer que estaría encantado de que entraran en su equipo de gobierno), porque los leonesistas saben, entre otras cuestiones, que no tienen a nadie entre sus filas que pueda asumir un cargo que, como se ha demostrado (sin humor negro), puede resultarmuy peligroso. Lo del Ayuntamiento de León es bastante obvio. Hacer lo contrario de lo que dicen las urnas les pasaría factura a los dos. Respecto a Diputación, los contactos empezaron esta semana pero sin concretar nombres, que es en realidad lo más importante, como pasa cuando se vota en los pueblos, pues no deja de ser «el ayuntamiento de los ayuntamientos», como tanto les gusta repetir. El PP no termina de poner sobre la mesa ningún nombre y eso mosquea a UPL, que probablemente dijera que no a las primeras propuestas, fueran cuales fueran, pero de este modo no sabe si tiene que negociar con un bando, con otro o con ninguno de los dos. Aquí los populares se enfrentan al carácter del mastín leonés: por las buenas, de frente, le puedes acariciar y hasta quitarle la comida de la boca, pero por las malas es mejor que no te acerques porque muerde y no suelta, sobre todo si tiene hambre, como es el caso.

UPL


Los leonesistas se reunieron otra vez anoche y salieron los nombres de los que pueden optar al Congreso y el Senado. Los elegidos son, respectivamente, Miguel Ángel Díez Cano y Javier Callado. Se sorprenden los leonesistas de las pocas promesas que les han hecho hasta ahora los grandes partidos, de que les ofrezcan un ayuntamiento que en realidad ya han ganado (San Andrés, donde su candidata parece dispuesta a gobernar en minoría) y el poco interés que el PSOE ha mostrado hasta ahora por Villaquilambre, donde UPL no olvida que el pasado mandato el PP gobernó, entre otros, con dos de sus tránsfugas y se vanagloriaba durante la campaña de haberles quitado a varios candidatos, además de que tendrían que pactar con los dos únicos partidos que votaron en contra de la moción leonesista. Hay muchas llamadas, muchos mensajes, muchas reuniones y pocos anuncios, o sea que todo va según lo previsto y, en este terreno, el actual alcalde Manuel García y su equipo han demostrado ser los más hábiles.

Bierzo


Las cuentas son muy claras en Ponferrada: el PSOE sólo necesita a Coalición por el Bierzo mientras el PP necesitaría a Coalición por el Bierzo y a Vox. A ello se suma que los bercianistas, tras la desaparición del octogenario Tarsicio Carballo (que no anuncia su retirada sino todo lo contrario) pueden quedarse con los votos de todos los que consideran que la culpa de sus males está siempre al otro lado del Manzanal, y que pactar con la extrema derecha podría hacerles recuperar los fantasmas de hecatombe que ya les planeó con el encarcelamiento (incomprensiblemente temporal) de Pedro Muñoz, por mucho que se pusieran de perfil en la foto de la investidura, como ya hicieron en 2019: parecía que ninguno se quisiera contagiar de los demás, y eso que aún no sabíamos lo que era el Covid.

Por lo que se refiere al resto del Bierzo, en Bembibre parece ya consumado el acuerdo entre PSOE y UPL, que dejará fuera de la alcaldía tanto al PP como al resto de sus ex, que se presentaron bajo siglas diversas. El regresado Demetrio Alfonso Canedo dijo ayer, todo hace indicar que sin la intención de hacer un chiste, que en Fabero no pensaba intentar complejos pactos y que estaría en la oposición. Menos mal que nos lo aclara. En el resto, como en Cacabelos, el ayuntamiento más judicializado de la contorna, falta eso de lo que tanto se habla hoy y que tan difícil parece: que se pongan de acuerdo «las izquierdas».
Lo más leído