Yebra, en el municipio de Benuza, ha cogido fuerzas y, desde ellas, quiere recuperar su templo, porque sabe que en el rural, la iglesia es fundamental para mantenerse vivo. El año pasado, en vistas al deterioro de la iglesia de San Miguel Arcángel, aunque la devoción del pueblo es a San Bernardino, que se venía abajo, "construyeron" una marcha que tuvo una repercusión importante “el año pasado conseguimos 1300 euros limpios y, poniendo los jóvenes la mano de obra, conseguimos arreglar los tapices de madera, que estaba suelta en el techo y arreglar el tejado, donde había goteras”, además de “pintar las barandillas de los dos cementerios”, apunta una de las organizadoras, Laura Fernández.
Ver que el esfuerzo tuvo sus frutos les hace ahora continuar con esa marcha, con la que quieren seguir recaudando fondos y acabar lo empezado, el arreglo del templo “nuestro próximo objetivo es arreglar la fachada y el campanario”. No saben cuánto dinero les puede llevar eso pero creen que este año puede ser que, con la recaudación de la segunda marcha, puedan dar por concluido ese fin.
No obstante, seguirán adelante con ese marcado apellido de “solidaria” de la marcha en futuras ediciones, porque saben que el rural pende de un hilo y han visto en este tipo de actos una manera de unirse en un mismo sentimiento y de poder hacer algo para reflotar esos pueblos que en El Bierzo son mayoría. “Además de la iglesia parroquial tenemos una capilla que también necesita ser conservada por la cantidad de años que tiene y el poco patrimonio que tiene el pueblo. Creemos que hay que conservarlo. Ese es nuestro objetivo”, apunta Fernández. No tienen claro cuánto podría suponer esa recuperación “sabemos que el coste será alto pero si no se puede hacer este año, como haremos más marchas, pues iremos juntando para que cuando se tenga el dinero lo podamos llevar a cabo”.
Lo que tienen claro es que querer es poder y lo han demostrado. En 2016 Yebra se quedaba en 20 vecinos. Había perdido en 15 años más de cien y ahora, estos nuevos pobladores, son la esperanza y el ejemplo de este enclave. Ellos son una decena de jóvenes que han querido recuperar las casas que otros les dejaron o volver a la casa familiar. Y lo han hecho decididos a que no muera su pueblo.
"Los pueblos se mueren y queremos ser un ejemplo de lo que se puede hacer para que no sea así", repite Fernández como un objetivo que ya han cumplido y agradece ir de la mano, no solo con los vecinos que se han sumado a todos esos retos, sino también del alcalde Domingo Cabo y del pedáneo, Eloy Méndez.
El año pasado recuerda que dieron pasos adelante definitivos. San Bernardino volvió a procesionar en su festividad, el 20 de mayo, y se recuperó el tiro al plato en las fiestas de San Miguel, el 29 de septiembre, y volvieron las orquestas al pueblo y los bolos… "hacía 20 años que no se hacían las fiestas y hace dos años pudimos.
Este es el cuarto año de esa batalla que ya han vencido y por la que siguen peleando, la recuperación de su pueblo “casi perdido ya”, cuando volvieron a coger las riendas para insuflarle aire.
Y sabían la importancia que tenía que la iglesia volviera también a la vida. Un edificio de 1.700 que “se venía abajo” y que está dedicado a San Miguel Arcángel, pero acoge a San Bernardino, al que el pueblo guarda devoción porque dicen que es milagroso ponerse debajo de él cuando sale en procesión y que cura los catarros.
El primer paso que querían dar era el de eliminar una gotera a la entrada de la parroquia y renovar el falso techo. Y, con la primera marcha lo consiguieron, incluso fueron más allá. El templo tiene imágenes antiguas de valor, así como el púlpito, que también quieren sacar del olvido. Saben que el Obispado tiene un inventario de prioridades que no les permite esperar, porque la situación de su iglesia era límite. Así que, ellos han puesto las manos y el dinero el material.
Más que caminar por la iglesia
La II Marcha solidaria de Yebra pretende seguir con la reparación de la iglesia y ya está programada. Será el 16 de agosto, una cita que combina senderismo, tradición y encuentro vecinal en un entorno natural privilegiado.
El evento comenzará a las 8:30 horas con la salida desde la iglesia del pueblo. Desde allí, los participantes podrán elegir entre dos rutas señalizadas: una más corta, de 3,09 kilómetros, con un desnivel positivo de 109 metros, y otra más exigente, de 8,62 kilómetros y un desnivel acumulado de 519 metros, considerada de dificultad moderada. Ambas incluyen puntos de avituallamiento con fruta y agua para facilitar el recorrido.
Como cada año, la marcha cuenta con un componente espiritual. A las 12:00 horas se celebrará una misa en la que se ofrecerá la caminata “por nuestras intenciones”.
Como colofón a la jornada, en torno a las 13:30 horas tendrá lugar una comida popular en la Casa del Pueblo, donde se servirá una paella, acompañada de vino o agua, y café con bizcocho para todos los asistentes.
La inscripción tiene un coste de 12 euros e incluye una camiseta conmemorativa del evento. El Ayuntamiento de Benuza colabora en la organización de esta marcha, que busca reforzar el sentimiento comunitario, fomentar hábitos saludables y poner en valor los paisajes del valle del río Cabrera, donde se enclava Yebra, además de esa recaudación de fondos.
