El soto de Villar volverá a dar vida al oficio de carbonero

Abel Arias Ferrero comenzará, la próxima primavera, a aprovechar la madera sobrante de los castaños para hacer carbón vegetal

09/12/2025
 Actualizado a 09/12/2025
Imagen de una carbonera tradicional.
Imagen de una carbonera tradicional.

La inquietud de Abel Arias Ferrero le llevó a ver una nueva posibilidad en el soto de Villar de los Barrios. Unía su formación como carbonero en Navarra a una intención, la de recuperar un oficio muerto que ya ni las generaciones intermedias recuerdan, el de carbonero. Y eso que asegura que en los pueblos se conocía la manera de hacer carbón vegetal, reutilizando la madera que no servía para otros usos. Con ese fin, vio en el soto la base de su proyecto, recuperar a ese hacedor de carbón tradicional, que, con un proceso totalmente manual pudiera volver  a hacer ese carbón. "En el soto hay recursos y no es difícil transportar esa madera", reconoce. Por eso decidieron que la idea se ubicara en él "así podemos aprovechar esa madera enferma y seca del soto, mucha infectada por enfermedades del castaño y darle otro uso, el del carbón. Además saneamos la zona de bosque enferma por el proceso de carbonizado y reducimos la posibilidad de que haya grandes incendios, adecuando la zona", explica Arias Ferrero.

El proyecto va más allá: se pretende construir un refugio para el carbonero de madera, un baño, y ya está realizada la zona de bancales para poder hacer el proceso, ya que se requiere que haya una superficie plana. Se han efectuado en una finca cercana al pueblo de un particular que también está implicado con la idea.

El carbón, que puede hacerse "en montón" o "en hoyo", se realizará de la primera manera. Eso implica, explica Arias Ferrero, realizar una carbonera de unos tres metros de diámetro para meter entre 4.000 y 5.000 kilos de madera "se aprovecha el 20%" dice, para hacer ese carbón que estará listo en 8 o 9 días. Días con sus noches en las que el carbonero tiene que vivir al lado del fuego "porque cada dos o tres horas tiene que intervenir", relata. La idea en el soto es hacer dos carboneras, una para realizar el carbón y otra para que se pueda ver el esqueleto de lo que es una estructura de este tipo.

En primavera espera que esté ya sobre ruedas el proyecto, a partir del cual se le dará promoción mediante un reportaje gráfico y también se pretende que haya visitas guiadas para conocer el proceso. 

La producción, de unos 100 sacos de carbón, se le entregará al pueblo para que pueda realizar sus barbacoas, que es el uso fundamental que tiene hoy "antes era más para la restauración", recuerda Arias.

La inversión, ni siquiera se cuantifica "el proyecto lo he hecho yo y la mano de obra es lo que costaría, los desplazamientos en furgoneta o los sacos, pero no más porque yo tengo herramientas antiguas con las que me gusta trabajar y las usaremos". Y, es que, otra de las peculiaridades de la idea es que todo se realice manualmente, de manera artesanal y con tecnología del pasado. Es decir, sierras para cortar la madera, desplazamientos interiores caminando todo lo que se pueda y utilización de la materia prima propia del lugar "no usaremos nada de fuera". 

El enfoque es "didáctico y saneador", dice Arias Ferrero, con el fin de recuperar, a los ojos de las nuevas generaciones, un oficio que en otros tiempos era fundamental. "Esperamos que cuando coja fuerza, la gente se anime", dice Arias, porque por ahora son sus manos las que están detrás del proyecto y las de algún voluntario más. 

A Arias le atrae volver al oficio y recuperar las sensaciones cuando el humo va cambiando "conseguir carbón se convierte en una fiesta" al tiempo que el carbonero se vuelve cada vez más minero. Pasa de ser recolector de madera a manchar sus manos de negro. Una experiencia que Arias Ferrero quiere compartir.

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