SOS de una residente ponferradina atrapada en Argentina

Asegura que hay 800 personas en su misma situación intentando organizarse por redes sociales ante una embajada que “nos maltrata” sin darles información más que colgándola en twitter

Mar Iglesias
04/05/2020
 Actualizado a 04/05/2020
Natalia Pileggi en Miramar donde espera una resolución para volver a su casa en Ponferrada, donde vive hace 18 años.
Natalia Pileggi en Miramar donde espera una resolución para volver a su casa en Ponferrada, donde vive hace 18 años.
Tendría que haber vuelto a Ponferrada a finales de abril, después de un viaje desde la capital berciana, donde reside desde hace años, ya que lleva 18 en España, a Argentina, donde vive su familia para pasar unas vacaciones que no han podido ser más estrambóticas tras la afección de la pandemia del coronavirus a nivel mundial.

María Natalia Pileggi llegó a Miramar, una zona costera a uso 500 kilómetros de Buenos Aires, la capital argentina, el 7 de marzo “se hablaba del coronavirus y en Ponferrada todo era normal”. Aprovechaba su tiempo de descanso en su trabajo de higienista dental en el Hospital de La Reina para ver a su familia pero, a los tres días de llegar, una resolución del gobierno hizo que tuviera que ponerse en cuarentena y ahí acabó el viaje. Catorce días de encierro, hasta el día 21, se encadenaron con el confinamiento para todo el país que vino después.

El siguiente revés fue la cancelación de su vuelo de regreso, ya abonado, por parte de Iberia para el día 29 y, aunque aplaude el cierre del país que ha hecho que hayan conseguido no superar las 200 víctimas por la pandemia, la gestión posterior ha hecho que esté atrapada en su país de origen sin saber qué hacer y mirando el calendario y las redes sociales noche y día para encontrar una solución.

En aquel momento se les comunicó a las personas que estaban en su misma situación y que son, solo en su ciudad, una decena, pero en toda Argentina, calcula que unas 800 que se pondrían vuelos con el fin de escalar la vuelta “pero eso se está dilatando y yo necesito volver”. Tendría que haberse incorporado a su trabajo, pero como las clínicas odontológicas aún no han abierto en España, tiene esa ventana de tranquilidad que cada vez ve con más dudas “porque en cuanto se pueda volver a trabajar me tendría que reincorporar o mi jefe necesitará contratar a otra persona”.

Pileggi lleva años en Ponferrada “donde cotizo y pago mis impuestos” pero ahora la embajada de España, a la que ha pedido ayuda, le considera argentina portuguesa a todos los efectos y le pide que se ponga en contacto con la embajada de Portugal “pero yo soy residente española”, defiende. Nadie le escucha en esa embajada “he recibido un maltrato por su parte. No están informados de a quién le corresponde volver o no a España. Como residente tengo todo el derecho y ellos parece que no lo saben. Soy europea y tengo derecho a volver a mi trabajo”. Lo único que ha conseguido es que le dijeran que volviera a su casa “y no tengo casa en Argentina, estoy de visita en casa de mis padres” y que le colgaran varias veces el teléfono “incluso me han gritado”, relata con indignación. Solo se ofrece información por twitter “estamos dejados de lado. El viceconsulado de Mar de Plata al que pertenezco te atiende un contestador automático en inglés”.

En medio de la desesperación, Pileggi contactó con unos grupos de whatsapp de personas que compartían ese olvido y se habían quedado atrapados en Argentina a la espera de volver a España. Ya hay dos grupos y se está organizando un tercero para intentar solucionar las cosas porque la situación es apremiante.

En Argentina se habla de cerrar el tráfico aéreo hasta el mes de septiembre, lo que les obligaría a quedarse del otro lado del océano varios meses y no están preparados para ello. “Te apuntas con tus datos, para saber si eres residente o español. Yo soy residente. Somos más de 600 personas que estamos así en Argentina en esos grupos y hay que sumar a los que tienen acceso a internet, porque yo me enteré hace una semana de todo esto. Tiene que haber muchos más y la embajada no te dice nada ni hace una lista. Iberia también lo hace muy mal, pero se pasa la bola a la embajada”.

Ante esa situación y la petición de esas personas a la embajada para que haga un listado de todas las personas a la espera de ser repatriadas “dice que no hace listas porque la gente no las respetaba, que ponen la información en twitter y tú tienes que empezar a llamar a la centralita de Iberia para conseguir pasaje, que yo conseguí el 27 de abril. Avisé en España que volvía. Tenía código de reserva y tuve que enviarlo a mi jefe para que supiera que era verdad, porque cuando pedí el tíckect me dijeron que no tenía pasaje”.Son vuelos que ellos mismos abonan “los estamos pagando 500 euros el trayecto, yo no porque era un cambio”, pero reconoce que no es una repatriación y que el Gobierno en España está vendiendo que no ha dejado a nadie atrás y que les ha repatriado “cuando aquí no se nos atiende y no estamos saliendo”.

Aunque reconoce que su caso es tranquilo porque vive con sus padres, advierte que muchos otros están en peores condiciones esperando respuestas para volver a España “hay embarazadas, mujeres con niños, gente que se queda sin dinero. Yo tomo una medicación que en España cuesta 2 euros y aquí 40. Hay gente con 70 años. Los hoteles están cerrados, no saben dónde vivir, gente que tiene que pedir auxilio para comer”, lamenta desesperada.Y en la embajada “no saben ni cuántos estamos”, incluso cuando ella les informó de que residía en España y cotizaba en ese país “me preguntaron qué era cotizar”. A todo ello se suma las dificultades para acceder a los vuelos que se han puesto desde Buenos Aires, donde para ella supone un traslado de 500 kilómetros “y un montón de autorizaciones antes de cogerlo para llegar allí”, además de pagar el traslado que supone ya unos 250 euros, un dinero que ella habría perdido si no llega a confirmar su vuelo del día 27.

“Queremos volver. Estamos corriendo riesgo, no sabemos lo que va a pasar. Hay gente que está perdiendo el trabajo y yo tengo miedo”, dice.
Pero la situación es aún más amarga porque han visto pasar vuelos que se podrían haber usado para su vuelta y no se ha hecho “entre el 1 y el 9 de mayo hay tres vuelos de Aerolíneas argentinas que van vacíos a España a buscar argentinos a Madrid. Allí hubiéramos entrado 900 personas para volver, pero los gobiernos no se pusieron de acuerdo hablando el mismo idioma. No puede ser que no se den cuenta de esto. Se escapa de la cabeza creer que esto es así”. Así las cosas, Pileggi se pasa los días colgada de twitter para ver cuándo la embajada ofrece información. “Es vergonzoso. Es angustioso no saber. Nadie nos dice nada certero. Estamos a expensas de twitter. Ellos no tienen la lista que nosotros sí tenemos por los grupos y se la haremos llegar. Yo no estoy registrada porque no me han dejado”, dice desde Miramar, desde donde lanza una petición de ayuda desesperada.
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