Una Semana Santa con proyección nacional

Rafa Casas
16/03/2024
 Actualizado a 17/03/2024
Cartel de la Semana Santa de Ponferrada de 2024 con una fotografía del fotógrafo local Quinito.
Cartel de la Semana Santa de Ponferrada de 2024 con una fotografía del fotógrafo local Quinito.

El cartel anunciador de la Semana Santa de mi ciudad del año en curso, 2024, me hace descubrir la metamorfosis que ha sufrido está celebración religiosa en los últimos años. A destacar por encima de todo la inscripción ‘Declarada de Interés Turístico Nacional’, cuando hasta no hace muchas décadas atrás resultaba ser una celebración de alcance muy restringido que se ceñía a un ámbito local y como mucho comarcal. Este galardón le fue otorgado por la Dirección General de Turismo en el 2015, lo que supuso una promoción a nivel nacional -que la hace estar entre las más importantes de España- e incluso internacional.

El mural recoge un momento de la celebración del Viacrucis Penitencial del Lunes Santo en un marco incomparable como resulta ser el patio interior del Castillo de los Templarios. Como fondo la Torre de la Encina, a la que escuché llamar la ‘Giralda de El Bierzo’, al que fuera párroco de dicha iglesia el sacerdote D. Jesús Garzón. A día de hoy se ha consolidado como uno de los eventos más destacado y multidinario de nuestra Semana Santa.

Austeridad y sobriedad son los recuerdos del período que va desde el Miércoles de Ceniza al Domingo de Pascua. Jornadas de ayuno y abstinencia, ejercicios espirituales en cuaresma (en la Encina, estudiando bachiller en el Instituto, y aprovechar a descubrir la cueva de la Mora con los compañeros de aula), confesión y comunión al menos una vez al año -fecha adecuada Pascua florida-.... Son los años de la década de los 60 y 70. 

El documento presentado por la Hermandad de Jesús Nazareno de Ponferrada, la de mayor antigüedad y arraigo de la ciudad y desde 2015 con título de Real -otorgado por el rey Felipe VI-, para optar a la categoría de Interés Turístico Nacional tuvo como puntos fuertes cinco actos; algunos de los cuales se llevan celebrando desde hace más de 400 años. Ellos la hacen diferenciar del resto de las muchas Semanas Santas que se llevan a cabo a lo largo y ancho de nuestro país.

La salida del Nazareno Lambrión Chupacandiles, sábado anterior al Domingo de San Lázaro (5º Domingo de Cuaresma) vistiendo una túnica negra sin cola, pucho negro terminado en punta, soga de esparto a la cintura, anudada a la izquierda, medalla de la Hermandad de J. N., campana de mano, guantes y pantalón largo negro y calcetines y calzado negro. Lugar de partida, la Basílica de la Encina y, como itinerario, diferentes vías urbanas de la ciudad de Ponferrada con el fin de anunciar la proximidad de la Semana Santa Ponferradina. Es toda una figura legendaria (con un nombre propio, Vicente Parra, saga) que en su recorrido inicial se veía rodeado y arropado de niños. Su nombre hace referencia a lo que le gritaban los muchachos de la villa a su paso por las calles, haciendo parada en las bodegas en las que se le invitaba a probar el vino nuevo. Dicho personaje está representado por una escultura, próxima a la iglesia de San Andrés y el acceso al Castillo.

Custodia de las llaves del Sagrario, sobre cuya tradición decir que el alcalde de la ciudad recibe del Rector de la Basílica de la Encina la llave del Sagrario durante la eucaristía de la Última Cena, la cual, como viene siendo tradicional desde tiempo inmemorial, será custodiada por el regidor hasta la celebración litúrgica de la Muerte del Señor en la tarde del Viernes Santo.

La Llamada Ritual del Viernes Santo tendrá su inicio a las 5:30 de la madrugada del Viernes Santo, en la plaza de la Encina. Antes de iniciar el recorrido, todos los Hermanos Corredores, formando un círculo en el atrio de la Basílica rezarán un Padrenuestro en honor de los Hermanos fallecidos durante el año anterior, con una mención especial a los que integraron su función. Recorrerán, entorno a unos ocho grupos compuesto de ocho a doce miembros ataviados con el hábito apropiado para tal ocasión las calles de la ciudad con clarines y timbales para llamar a los cofrades a la procesión del Encuentro, que parte a las nueve de la mañana de la iglesia de San Andrés. En mis oídos resuena el nombre de los Boleros. Su origen se pierde en la memoria de los tiempos. Toque lúgubre inconfundible que se reconoce por el sonido de una escala descendente de clarín y trece golpes de timbal (dos más separados y luego once más seguidos).

Procesión del Encuentro entre Jesús -Hijo- y María, Nuestra Señora de la Soledad, con el juego de manos abiertas, -Madre- guiada por San Juan Apóstol (pequeña talla, de ahí su nombre de S. Juanín) con la conocida ‘carrera’ -paso rápido-; a recordar el Sermón a cargo de un predicador determinado. A mi memoria viene la expresión materna: «¿Eso?, para cuando San Juanín baje el dedo». Esta mencionada procesión resulta ser la de mayor tradición. Hasta tres generaciones de una misma familia -abuelos, hijos y nietros- procesionando uno detrás de otro.

Procesión de la Soledad, la noche del Sábado Santo que partirá desde la Basílica de Nuestra Señora de la Encina. Esta vez Nuestra Señora de la Soledad, que goza del privilegio de Coronación Canónica desde el 2014, llevará unas manos entrelazadas totalmente cerradas en señal de dolor. Se establece, ad perpetuam memoriam, la obligación de la Junta de Gobierno de velar para que, al llegar la imagen de la Virgen -Madre del Señor- a la altura de la Torre de la Iglesia de San Andrés, se entone el tradicional Canto de la Salve.

La del Domingo de Resurrección, cuyo nombre delata que se celebra en la mañana del Domingo de Pascua de Resurrección, está organizada conjuntamente por la Hermandad de Jesús Nazareno, por la Asociación Nuestra Señora de la Encina y por la Basílica de la Encina. El momento de quitar el luto a la Virgen de la Encina -patrona de la comarca de El Bierzo- se acompañará entre estruendo de campañas y bombas que anuncian el gozo de la Resurrección. Últimamente el lugar elegido para su celebración es la Plaza del Ayuntamiento. En dicha procesión se deberá mantener y velar por la secular tradición que consiste en que el Encuentro se celebre entre el Santísimo Sacramento y la Virgen de la Encina. 

Mi Semana Santa del ‘ayer’, siempre presente, son recuerdos en el barrio de La Puebla, San Pedro o de Abajo de la procesión de ‘La Borrica’, Domingo de Ramos, con la obligación de estrenar alguna prenda. En la mano un ramo de laurel. Miércoles Santo, en la plaza Julio Lazúrtegui, un foco desde la cabina del emblemático cine o teatro Edesa iluminando el rostro del Jesús del Silencio -con un lejano parecido al Jesús del Gran Poder de la Semana Santa sevillana-. 

Ahora ya por la zona Alta, por calles del casco antiguo de la ciudad, mujeres ataviadas con vestido, medias y calzado de otros tiempos e incluso descalzas en la procesión del viernes de Dolores. La tarde del Jueves Santo, la visita a los Monumentos del Convento de monjas de clausura de la calle del Reloj, así como el de la iglesia de la Encina; con la compañía de mi madre y una hermana suya.

Viernes Santo acompañado de mi padre para asistir a la primera ‘carrera de San Juanín’ en la temprana procesión del Encuentro; ya por la tarde-noche la mayor manifestación de nuestra Semana Santa la procesión del Entierro. De los 14 pasos que desfilan actualmente, destacar dos para siempre: el del Entierro de Cristo (figuras que componen el grupo 8: Jesús muerto; María, San Juan, José de Arimatea y Nicodemo; María Magdalena, María Salomé y María Cleofás); por otro lado, la Sagrada Urna con un Cristo yacente. Contemplar la belleza y elegancia de jóvenes bercianas conocidas con el nombre de ‘las Manolas’.

Típico de esta época, aunque en otro plano, una pelota de serrín atada a una goma elástica; churros de Fidel y Farrapín; el bollo de leche a comprar en Facundo; primer helado de la temporada de La Moderna; pulpo cocido con cachelos en las Cuadras; bacalao con huevos cocidos y pimientos asados; torrijas; Radio Juventud de Ponferrada emitiendo solamente música sacra; sin baile en  conocida pista del Frontón; proyección de películas de marcado matiz religioso  tan inolvidables como ‘Fray Escoba’, ‘Marcelino pan y vino’, ‘La Túnica Sagrada’…; adultos  bebiendo un vaso de limonada en El Turco, y la expresión ‘matar judíos’; el ilegal juego de las chapas en los salones de la Obrera…

Hoy en día, procesiones desde el viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección; aumento de cofradías, hasta cinco actualmente; nuevos actos o procesiones como la Infantil, el indulto a presos en la tarde del Jueves Santo, el Desenclavo en la plaza del Ayuntamiento; procesiones en barrios como: Flores del Sil, la Placa, San Ignacio... Una quimera final, la ‘Declaración de Interés Turístico Internacional’ para nuestra querida Semana Santa.

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