La primera de las cinco alegaciones hace referencia a que en el plan “no aparece detallada de forma adecuada la existencia del embalse de titularidad municipal de Bembibre con una presa calificada por el Ministerio de Fomento como 'gran presa', de acuerdo a los criterios técnicos que dicho ministerio maneja”. En la siguiente alegación, De la Torre pone de manifiesto la sobreexplotación del caudal del arroyo del Real al no contemplar el plan “que durante las épocas de sequía, que se producen a lo largo del año entre cuatro y seis meses, la masa de agua desaparece del cauce, provocando la imposibilidad de la vida y la pérdida de continuidad en el curso del río”.
Una sobreexplotación de la que responsabiliza a Bembibre para el abastecimiento de su municipio y otras poblaciones que “no están incluidas en la concesión”. “Coge el agua a grifo abierto, toda la que quiere, sin respetar nada”, apunta el pedáneo de San Andrés, que recuerda que ha tenido que denunciar ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil por haber dejado “un tramo del cauce seco” y también los desastres ambientales ocasionados por el vertido de lodos por la falta de regulación y control de la presa.
La tercera alegación hace referencia a la “situación ilegal” de la presa por la carencia de los documentos de control y seguridad y que tampoco contempla en su exposición el Plan Hidrológico. A este respecto, señala que Bembibre “no ha presentado ni puesto en marcha, evidentemente, ningún plan de gestión ni de seguridad sobre dicha infraestructura”, lo que supone “graves infracciones”. “Lleva construida más de 30 años y carece e los cuidados y mantenimientos, además de indicar expresamente que hay dos poblaciones (San Facundo y San Andrés de las Puentes) que podrían verse afectadas por una posible gran avenida, lo que evidencia una situación de riesgo potencial”, recoge el texto.
Por otro lado, José Luis de la Torre considera inadmisible que se apunte a la buena calidad del agua del arroyo del Real y no tenga en cuenta cual es la situación real de “mala calidad” de las aguas desde la presa hasta la desembocadura del río Tremor. Esa mala calidad de las aguas, explica, se comprueba por el olor fétido “por el arrastre de lodos y partículas en suspensión, por la muerte en varias ocasiones de la vida piscícola existente. Una situación que afecta a la pesca fluvial y a la playa fluvial de San Facundo, que en muchos casos resulta “inutilizable por la fetidez y turbiedad de las aguas”.
La quinta y última alegación señala que el plan debe contemplar “la incompatibilidad de la presa del arroyo del Real con la nueva traída del abastecimiento procedente del pantano de Bárcena”. Una infraestructura que ya está lista y, sin embargo, “la presa del real sigue abasteciendo a Bembibre y poblaciones colindantes, lo que evidencia un fraude de las autoridades municipales de Bembibre al dispone de la nueva captación, circunstancia agravada por el consentimiento omisivo de la Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil”.
Tirón de orejas a la CHMS
Precisamente, la Junta Vecinal reprocha a la CHMS la permisividad respecto a la actuación del Ayuntamiento de Bembibre en el embalse de San Facundo. En su opinión, la Confederación mira hacia otro lado ante la situación totalmente irregular de esta infraestructura y teniendo diferentes varas de medir para este municipio y otros como el Ayuntamiento de Torre del Bierzo. “El hecho es que el Plan Hidrológico no recoge esas irregularidades e incumplimientos, la Confederación mira hacia otro lado en este caso mientras que si sanciona a Torre del Bierzo sólo por dos captaciones sin autorización en Santa Marina y San Andrés. Es un agravio comparativo”, reprocha.
Por otro lado, también solicita más diligencia al Ayuntamiento de Torre del Bierzo para defender sus intereses ante Bembibre y las condiciones de la concesión hidráulica. “Torre del Bierzo debe defender los intereses del municipio y debe actuar, analizando la documentación que hay y exigiendo responsabilidades, algo que no han hecho los diferentes gobiernos municipales desde el año 2000, cuando se firmó el nuevo convenio que fue anulado después por una sentencia”, explica De la Torre, que insiste en que Bembibre nunca ha pagado el impuesto de Bienes Inmuebles de Características Especiales (BICE) ni ha solicitado la licencia municipal preceptiva para cada cualquier actuación en la presa.