Primera casa ultraeficiente made in Bierzo

Consigue un 80% de ahorro energético con respecto a viviendas tradicionales y su construcción supone solo un 20% más que otra que siga los códigos de edificación actuales

Mar Iglesias
10/03/2017
 Actualizado a 18/09/2019
El proyecto de la casa comenzó en 2012 y se ocupó en 2016.
El proyecto de la casa comenzó en 2012 y se ocupó en 2016.
Está en los alrededores de Ponferrada, en una finca rústica amplia y cuenta con 350 metros cuadrados distribuidos en dos plantas y semisótano, con cinco dormitorios. Así se presenta la vivienda unifamiliar que en 2012 encargó un promotor particular al arquitecto Eusebio Arias y al aparejador, Vicente Fernández. Hasta ahí, el encargo era normal, pero los criterios que el cliente solicitó incluir en su pedido han hecho que ese chalet se convierta en único y sea la punta de lanza de las condiciones normativas que deberán cumplir todas las construcciones en 2020, explica Arias.

La ocupación de la vivienda está datada en 2016 y, desde entonces, el promotor ha conseguido ahorros energéticos notables «en los meses de diciembre a enero ha pagado 154 euros» en la factura de la luz, que incluye el agua caliente y la calefacción. Al año, la media de gasto está en unos 45 o 50 euros, y hablamos de una casa de 350 m2. Supone un 80% de ahorro en el consumo habitual de una vivienda que no sigue los criterios de eficiencia energética de esta, que la han convertido en ejemplo. Es más, asegura Arias que la vivienda está ideada para ser autónoma energéticamente, añadiendo la energía fotovoltáica a sus entrañas, pero la normativa vigente ha hecho que no sea posible, por el momento, incluir esas placas que harían que se acercara al consumo cero.

La casa partió de la idea clara de un cliente que quiso que Arias apostara por los criterios de eficiencia energética que había conocido en su estancia en Suiza, donde reconoce que están adelantados en este tema. La intención era construir una vivienda unifamiliar que siguiera el concepto «bioclimático». Reconoce Arias que se trata de algo tan sencillo como aprovechar los recursos pasivos con los que contamos, es decir, el sol para calentarnos. Eso se consigue estudiando la orientación de la vivienda y utilizando amplias cristaleras para permitirle hacer su oficio, como aleros que puedan también hacer soportables los meses de más calor. Con ese criterio se realizó el diseño de la casa, el paso más complicado, puesto que Arias asegura que no se utilizaron materiales especiales «solo se incremento el aislamiento», como clave para no tener pérdidas energéticas y rebajar la demanda.

El 20% de la energía que la casa necesita fuera de la que su ubicación y los medios pasivos le aportan la consigue con sistemas de geotermia, que usan el calor del interior de la tierra, empleada para el suelo radiante y el agua sanitaria. Las ventajas de este sistema, además de su sostenibilidad es su rendimiento, cada kilowatio consumido produce 5, lo que le hace ser cinco veces más eficiente que combustibles como el gasoil. Así las cosas, las demanda de calefacción y agua caliente se estima en 11 kWh/m2/año, algo «excelente» marca Arias, incluso mejor de lo que se esperaba. El funcionamiento de esta vivienda, única en su especie y primera en la zona Bierzo es trasladable a cualquier tipo de edificación «sirve para casas que quieran rehabilitar, para naves industriales... todas pueden seguir la misma reflexión», dice Arias que, a largo plazo supone un ahorro notable. Además, apunta que las normativas de construcción de cara a 2020 ya aplican estos conceptos con lo que esta vivienda se convierte en una adelantada a su tiempo.

Con todos estos beneficios a la espalda, este tipo de edificaciones siguen sin ser demasiado demandadas, algo que Arias considera que se debe al desconocimiento que hay sobre ellas. Su coste «es asumible», el ahorro es importante, es sostenible y permite el confort de cualquier vivienda que utilice otros sistemas «hablamos de una casa que mantenga una temperatura en unos 23 grados», dice.  Actualmente, el consumo energético de las viviendas representa el 40% del total y el futuro, según Arias, será consumir energías de varios tipos. Pero, la energía eléctrica tal como la conocemos tenderá a disminuir y a dejar paso a las viviendas que puedan generar ellas mismas la energía que consuman. Para Arias es un camino «casi lógico» que debe darse y que asegura que se dará en los próximos años.
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